El cambio que han sufrido en los últimos tiempos las estrategias de desarrollo de la mayor parte de los países latinoamericanos, con el objeto de dar primacía al mercado como instancia asignadora de recursos y orientadora de la economía, ha significado una neutralización creciente de los incentivos de política comercial. Una evaluación de los resultados de las desregulaciones comerciales y de la coherencia de las políticas implementadas, indica que a nivel regional las consecuencias sobre el crecimiento económico y la transformación productiva hasta el momento han sido poco satisfactorias. Ni la formación de capital ni la productividad global muestran un desempeño alentador.