Asunción, mayo de 1992 Querido Alberto: La bahía y el río son uno solo ahora. Tantas cosas cambiaron en nuestras vidas desde la última vez que nos vimos poco después de la caída de Stroessner pero, sin embargo, el río sigue creciendo y continuamos sin tener soluciones efectivas para quienes viven a sus orillas. Así fue en el 74, 82, 83, yo lo recuerdo bien. A pesar de que el río rodea a Asunción, la ciudad y nosotros, sus habitantes, crecemos de espaldas a él. Pero sólo somos algunos de los asunceños quienes no nos relacionamos con el río, ya que miles de personas viven casi sobre él y ahora, como en el 74, deben dejar sus casas inundadas y ocupar calles, plazas y parques. En realidad la clase media y alta no se vincula con el río porque tampoco establece lazos con los pobres. El río Paraguay es de ellos o mejor, ellos son del río.