A partir de 1983, se produjeron cambios de suma importancia en el balance geopolítico del Caribe. La concurrencia de tendencias, algunas de larga duración durante los años sesenta (1960-1982); la coincidencia de corrientes, la mayoría de existencia de reciente, en relación con la crisis (1976-1982); la resurgencia de flujos, los principales más vigorosos a partir de 1979, año durante el cual la cuenca del Caribe entró en ebullición hasta el punto de ser promovida como uno de los puntos calientes del globo (1979-1982) y la concomitancia de contradicciones muchas de ellas más tensas y agudas en la evolución de los conflictos de la región al final del año 1982, han contribuido a crear, durante el año 1983, una nueva coyuntura en la dinámica evolutiva de la geopolítica regional caribeña, con la forma de una redefinición de la correlación de fuerzas.