Las autoras se han propuesto, en este trabajo, demostrar que el movimiento Madres de Plaza de Mayo es integrador del plano ético y del plano político, al generar una práctica social, sin duda inédita, que lleva a una redefinición teórica de lo político. Ligada a esta redefinición, discuten la irrupción de la esfera privada en el espacio público, expresada en el reclamo de algo tan «personal» como los hijos, en el centro del lugar tradicional de la «política», la Plaza de Mayo. Por último, intentan un acercamiento a las modificaciones del rol sancionado de la madre, producidas por una organización de madres, que socializan sus hijos y se dicen nacidas de ellos.