Las desigualdades de género y raza son ejes estructurantes de los patrones de pobreza e inequidad social. En Brasil, no son temas que afecten a pequeñas minorías, sino cuestiones que involucran a la mayoría de la población: mujeres y negros corresponden a 70% de la población económicamente activa (pea). El análisis detallado de los indicadores del mercado laboral revela que, a pesar de algunos avances recientes, las desigualdades entre hombres y mujeres, negros y blancos, siguen siendo importantes, tanto en términos de desempleo como de informalidad laboral, remuneraciones y acceso a la seguridad social. Desde el inicio del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en 2003, se han implementado nuevas acciones orientadas a transversalizar las perspectivas de género y raza en las políticas públicas y enfrentar las desigualdades de manera integrada, aunque aún queda mucho por hacer.