La globalización, además de crear redes de información planetarias y negocios globales, ha revalorizado las materias primas que constituyen las tradicionales exportaciones de América Latina. El auge del agrobusiness es parte de este proceso, dentro del cual se ubica la decisión de cada vez más empresas nórdicas de trasladar sus plantas de celulosa al sur del planeta. Esto ha generado conflictos como el que enfrenta a Argentina con Uruguay y ha debilitado la imagen del modelo de bienestar nórdico, valorado en América Latina como un ejemplo mundial de solidaridad. Pero, afortunadamente, la globalización genera también efectos positivos, como la emergencia de nuevas formas de conciencia global que se expresan en redes planetarias de resistencia de la sociedad civil.