Tres años han transcurrido ya desde que tuvieron lugar en el Atlántico Sur los terribles acontecimientos que culminaron en la guerra argentino-británica por la posesión de las Islas Malvinas. Es un lapso que ofrece ya una interesante perspectiva para evaluar lo ocurrido, establecer un diagnóstico de las causas reales del conflicto, aventurar una explicación estructural más o menos válida de las acciones emprendidas por sus protagonistas antes y después de la guerra y pronosticar las dificultades que deberán superarse para llegar a una posible solución.