El tránsito de la fábrica a la informalidad, del trabajo al desempleo, de la articipación a la exclusión, son procesos que no llegan a generar identidades que puedan, por sí mismas, proponerse alcanzar una modificación radical en la composición de clase del Estado. Sin embargo, son portadores de demandas específicas, que no pueden ser subsumidas en cuestiones más generales como el salario, la productividad o el cambio tecnológico.