La cultura de masas y el populismo, derivados de la consolidación de las modernas urbes latinoamericanas, nunca fueron fácilmente digeribles, ni para el conservadurismo elitista ni tampoco para amplios sectores de las izquierdas. En eso radica uno de los grandes aportes de José Luis Romero, quien, sin ser populista –era un militante socialista–, entendió el idioma en que se expresaban las masas y comprendió como pocos el tipo de energía que ellas contenían. Su sutil análisis de lo que llamó creativamente el «folclore aluvial» no es solo un análisis histórico, sino un herramental para entender situaciones contemporáneas, esas que a su vez generan crisis y cambio social.