Las relaciones entre los ámbitos técnico y político nunca son fáciles, pero tampoco tienen por qué ser tan antagónicas como sucedió en Venezuela entre 1989 y 1993. La conflictividad que se registró dentro del gabinete de Carlos Andrés Pérez fue producto, primeramente, del alto nivel de cartelización del ámbito político al inicio de las reformas. Los cambios en las corrientes intelectuales a nivel mundial, los shocks económicos severos, y los cambios de preferencia del electorado suelen propiciar profundas reformas en los partidos políticos. No fue así en Acción Democrática, ya que el liderazgo de AD, a lo largo de los años, contó con instituciones que lo protegían de este tipo de presiones.