En el heterogéneo y multicolor paisaje de la pobreza urbana argentina, más específicamente la del Gran Buenos Aires, estallan con singular nitidez y claros contornos pequeñas «micro-escenas»: las esquinas que reúnen a grupos de jóvenes durante largas horas del día. Es en una de ellas donde recogimos ciertos testimonios y realizamos algunas observaciones; es desde ella que se articula el eje de este trabajo: la probable conformación de una dimensión simbólica, con relativa homogeneidad y originalidad referida a la propia identidad, a la posición en el espacio social y a su dinámica interna, en los jóvenes de los sectores populares urbanos