En una democracia, debería resultarle difícil ganar espacio político a un partido que no tiene una posición clara en asuntos nacionales relevantes, y cuyos principales candidatos dan respuestas equivocadas a preguntas concretas por falta de conocimiento. Sin embargo, en Alemania ocurre lo contrario. Una pequeña agrupación política con fuerte presencia en Internet está alterando el sistema alemán de partidos. Justamente, su ignorancia no disimulada y la convicción de que sus ideas no se basan en una ideología, tienen un eco positivo en muchos electores jóvenes y en aquellos desilusionados de los partidos políticos establecidos. Por ello, en este momento, el Partido Pirata es muy cotizado entre los votantes alemanes.