Desde las primeras décadas del presente siglo el movimiento sindical viene siendo uno de los actores fundamentales de la sociedad peruana. En 1980 este país retornó al régimen democrático, en el contexto de una crisis económica que se profundizaba. El presente artículo empieza debatiendo las modificaciones experimentadas por el sindicalismo desde aquel año, pasando luego a dar cuenta de la magnitud y cobertura de la organización sindical en sus aspectos cuantitativos y cualitativos. El 28 de julio próximo pasado se inició en el Perú un nuevo gobierno, cuyas formas de relación con el movimiento sindical aún se desarrollan dentro de un proceso abierto. La autora concluye sustentando que hablar del proceso y la actualidad del sindicalismo peruano exige prestar tanta atención a sus dimensiones de ruptura como a las de continuidad.