La convulsionada región de América Central está bendecida por un exceso: la abundancia de gente entregada a la labor de pacificarla. Las propuestas de paz, ofertas de mediación entre naciones en conflicto como es el caso de Honduras o Nicaragua o facciones en enfrentamiento, como el gobierno, las guerrillas y el resto de la oposición en El Salvador, son abundantes. Proceden de México, de Panamá, de Honduras, de Nicaragua.