La reconstrucción de los tres pilares constitutivos de la sociedad pone en evidencia que la modernización cultural y social chilena está rezagada con respecto a la dinámica de desarrollo de la economía. Esas asincronías son ciertamente funcionales para mantener el actual modelo extensivo de crecimiento y desarrollo, pero representan déficits de la modernización y trampas ocultas para el futuro desarrollo del país.