Las serias transformaciones registradas en la década de los 90 modificaron la base social de los sindicatos y afectaron sus vínculos con el Estado y el sistema político. El mercado de trabajo, envuelto en una crisis con consecuencias de desocupación y precarización laboral, disminuyó la fuerza social y política de los sindicatos. Esta crisis reflejó las políticas públicas aplicadas durante dicha década, que afectaron la estructura empresarial. El Estado también padeció cambios vinculados con las reformas neoliberales aplicadas en el resto de América Latina, a tal punto que hicieron restringir su rol. En Argentina, donde la dependencia financiera externa alcanzó límites sin precedentes, se ha llegado a sostener la instalación de un nuevo modelo económico en los últimos 25 años. En lo que sigue se describen algunas de estas tendencias que impactaron la representación sindical.