La Amazonia es una inmensa zona, todavía en gran parte inexplorada en todos los países que integran su Cuenca. El Brasil, que ostenta la mayor parte de esa Cuenca, tiene con ella la posibilidad de proyectarse hacia el norte y el oeste, pero a su vez puede encontrar proyecciones paralelas que lo equilibren en conjunto, aunque sean individualmente más reducidas. Potencialmente, constituye una de las regiones más ricas del mundo en recursos naturales: petróleo, hierro, manganeso, bauxita, estaño, etc., se encuentran desigualmente distribuidos por su área. También el potencial hidroeléctrico es enorme y desigual. Tiene enormes posibilidades de transformarse en algunas de sus partes en una de las mayores regiones ganaderas del orbe. Por ello esta región puede influir decisivamente en el papel internacional del Brasil, tanto para potenciarlo, como para fijarle sus limitaciones, precisamente por su desigualdad de distribución. Esta desigualdad es también lo que hace imperativo que los otros países de la Cuenca se proyecten hacia ella para mejor potenciar sus propias posibilidades.