El sindicalismo venezolano atravesó con dificultades el proyecto impulsado por Hugo Chávez desde 1999. La antigua Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) levantó banderas políticas en favor de la democracia que la acercaron a sectores patronales antichavistas y la alejaron de los asuntos laborales, mientras que la central aupada desde el oficialismo renunció a la independencia y la libertad sindical. Pese a los intentos actuales de articular ambos bloques, ante un Estado autoritario, el sindicalismo venezolano se muestra, hasta el momento, incapaz de superar sus propias deficiencias y de jugar un rol relevante en medio de la profunda crisis que vive el país.