Las elecciones peruanas de 2000 han terminado por demostrar, entre otras cosas, la vigencia de demandas populares y democráticas que ya tienen en nuestro continente casi un siglo. La crisis política vivida como consecuencia del autoritarismo y la manipulación fujimorista, y la movilización popular que se derivó de ello, pusieron sobre la superficie la necesidad de encontrar salidas democráticas de emergencia. Más allá del resultado final de la crisis, la resistencia de las mayorías contra el régimen de Fujimori habrá de marcar un hito en la recuperación democrática.