En este artículo nos proponemos reflexionar en torno de la relación entre consumos culturales y situación social en la Argentina, en el marco de las características que asume la globalización cultural. Si durante varias décadas las clases medias argentinas legitimaban su identidad social a partir del acceso a la educación, así como también del consumo de cine y libros, hoy los cánones de consumo cultural presentan otras variantes. La crisis económica, sus consecuencias en el plano social, por un lado y la transformación de la oferta cultural -fusiones, industrias culturales, venta de libros en shoppings, etc.-, modifican el vínculo con la cultura. Asimismo debe analizarse la incorporación creciente de las nuevas tecnologías de la comunicación e información en la vida cotidiana, fenómeno que produce un desplazamiento del disfrute de la cultura al interior del hogar, así como nuevas articulaciones entre lo público y lo privado.