Existe un acuerdo general en los círculos interesados en la liberación de los países del Tercer Mundo, que éstos no deben seguir las mismas pautas de desarrollo que siguieran en el pasado los países actualmente más avanzados. Esta posición se basa no sólo en el reconocimiento de la dificultad material de repetir ese camino en las condiciones sociopolíticas actuales, sino también en el cuestionamiento de algunos de los valores básicos que orientan ese proceso. Se aspira a construir una nueva cultura que, al mismo tiempo que mantenga los elementos positivos aportados por la expansión de la \"civilización industrial\", incorpore los valores, metas y aspiraciones de las mayorías oprimidas de los países subdesarrollados, contribuyendo de esa manera a preservar y enriquecer la diversidad cultural de la humanidad.