Los objetivos de los nuevos movimientos sociales son radicalmente subversivos con respecto de los órdenes sociales actuales y demandan una transformación política socio-estructural, institucional e inter/ intrapersonal. Dichos cambios pueden no implicar o terminar en nada parecido a las revoluciones anteriores; pero sus metas - aun cuando se expresen a través del lenguaje de la democracia y del derecho - sólo pueden lograrse mediante cambios extensos.