Las transformaciones económicas y sociales de los 80 derivaron en una creciente exclusión de grandes grupos sociales, sin posibilidades de atender sus necesidades básicas. Por otra parte, la pobreza se extendió y el universo de los pobres es ahora más heterogéneo, engrosado por sectores medios imposibilitados de acceder a bienes y servicios básicos. Estos nuevos pobres constituyen lo distintivo de la actual crisis social.