Una crítica a las certezas del pluralismo global
Nueva Sociedad 178 / Marzo - Abril 2002
El artículo se propone iluminar el aspecto banalizador y achatador de la formación de identidades globales, por un lado, y los efectos perversos de una política de identidades que responde a una agenda global más fiel a cuestiones nacionales internas de los países centrales que a problemáticas e idiomas políticos locales, por el otro. Podría tratarse de un último avance hegemónico, exportando ahora su mapa interno de fricciones y sus idiomas políticos para luego vender un paquete de soluciones bien afinadas a la lógica del mercado y de la productividad que se expande por los canales abiertos en el mundo «globalizado». Las identidades transnacionales pueden venir a comportarse como uno más de esos canales de circulación de la nueva normativa «global».