Opinión
marzo 2014

Tres preguntas clave para entender la crisis en Venezuela

¿Quiénes son los actores políticos y sociales que promueven las protestas y qué buscan? ¿Qué apoyo tiene el presidente Nicolás Maduro dentro del gobierno chavista? ¿Qué soluciones políticas posibles existen para enfrentar la crisis?

Tres preguntas clave para entender la crisis en Venezuela

1. Miles de jóvenes venezolanos salieron a las calles durante las últimas semanas. ¿Quiénes son los actores políticos y sociales que promueven estas manifestaciones? ¿Cuáles son las causas de esta protesta y qué pretenden lograr los manifestantes?

La política de la calle, que ha reaparecido con fuerza en febrero, es causada por la acumulación de problemas que sufre la población. Es una vieja tradición latinoamericana e hispana, de tiempos en que los súbditos carentes de derechos ciudadanos recurrían a la calle para hacerse oír de los monarcas. En Venezuela, la falta de instituciones sólidas de comunicación entre el pueblo y el poder para elevar demandas y procesar conflictos, las ha impulsado muchas veces. Las manifestaciones suelen ser lideradas por el movimiento estudiantil, como al finalizar las dictaduras gomecista y pérezjimenista o durante el Caracazo (1989).

Esta vez, los estudiantes estuvieron inicialmente respaldados por el partido opositor Voluntad Popular (VP), su líder Leopoldo López, y por la diputada independiente María Corina Machado. Pero sería un error creer que ellos protagonizan y manipulan al movimiento estudiantil. Son relaciones más complejas. Es importante entender que es una energía social activada por el malestar y las demandas insatisfechas (derechos civiles, políticos y sociales), que diversas organizaciones buscan canalizar y expresar. Que se hayan desarrollado a lo largo de tres semanas en todo el país pareciera indicar que estamos antes un hito histórico.

2. ¿Qué implicaciones tendrían estas protestas para el gobierno y para la oposición? ¿Qué apoyo tiene el presidente Nicolás Maduro dentro del gobierno chavista de cara a las crecientes críticas y presiones? ¿Cuán profunda es la división de la oposición?

En el chavismo, las tensiones comienzan a visibilizarse pero se sigue exhibiendo cohesión. Se oyen voces que cuestionan la acción oficial de utilizar la represión para acallar las protestas y continuar imponiendo el modelo chavista sin diálogo con las fuerzas opositoras, que representan al 49% de la ciudadanía, de acuerdo a las elecciones de abril de 2013. Se destaca el gobernador del Táchira, un militar, que se deslindó de la represión en su estado y pidió libertad para los estudiantes y presos políticos. No queda claro si la posición intransigente de Maduro es su posición o la que lo obliga a tener la presión de la facción encabezada por Diosdado Cabello, militar y presidente de la Asamblea Nacional.

La situación de la oposición es más transparente pero igual de compleja. La estrategia de incendiar la calle, buscando la salida, tomada por VP y Machado, no tuvo consenso ni mayoría entre los partidos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Por el contrario, la mayoría la consideró errada y que debilita. Sin embargo, se vieron forzados a respaldar a López por su encarcelamiento. Pero el disgusto es fuerte, particularmente en el partido Primero Justicia de Capriles Radonski. Hasta ahora, no se han fragmentado, pero no puede ser descartado. En la MUD hacen vida al menos dos decenas de partidos de ideologías y liderazgos diversos.

3. La situación económica y social difícil exacerba las tensiones políticas vigentes. ¿Cuáles podrían ser las soluciones políticas para enfrentar la situación? ¿En qué sentido y bajo qué condiciones podrían contribuir las protestas a una apertura del gobierno al diálogo con otros actores para resolver los problemas económicos y sociales?

La crisis societal, expresada de mil maneras -inflación, desabastecimiento, devaluaciones, altos índices de violencia, actuación sin control de grupos paramilitares, graves déficits en el desempeño de políticas públicas, un gobierno que desprecia a importantes sectores del país- sólo puede ser democráticamente superada con un diálogo político real con quienes representan a estos indignados.

La protesta en sí no resuelve los problemas; los visibiliza y expone la fuerza con que pueden desafiar la estabilidad institucional. En democracia, son los recursos de la política la salida, diálogo y acuerdos a partir de negociaciones. El PSUV y el presidente Maduro arriesgan su propio futuro al negarlos, así como el de la convivencia pacífica en el país.

* Historiadora, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela. Es profesora e investigadora titular del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes-UCV).

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