Sobre el Status Científico del Marxismo
Nueva Sociedad 50 / Septiembre - Octubre 1980
Hacer de las contradicciones, esperanza. He allí, una fórmula plena de buena fe. Nada nos autoriza a creer; pero tampoco a no hacerlo. La cuestión es, más bien, si estamos dispuestos a dar un paso a fin de disminuir la distancia entre nuestras intenciones y los hechos. Y para lograrlo, la tradición nos invita a hacer un análisis en términos globales, en busca de los ejes centrales y, como nos recomendaría un ideólogo hace algunos años, a identificar las \"fuerzas centrípetas y centrífugas\" que operan en el \"sistema\". Dicho esquema, presupone una suerte de preconstrucción teórica existente y sobre todo consistente, capaz de desentrañar el sentido que poseen los \"porfiados hechos\", una lógica (dialéctica) descriptiva y, al mismo tiempo, demostrativa, una argumentación revelada y reveladora, liberada y liberadora. Para muchos, en el seno de la izquierda, la referencia fundamental en términos de esquema y que no plantea mayores cuestionamientos, se construye sobre la base del marxismo. En consecuencia el esfuerzo a realizar, consiste en aplicar inteligentemente las categorías de análisis que nos proporciona él mismo.