Pequeñas causas grandes defectos. Algunas Dificultades para Editar la Verdad
Nueva Sociedad 74 / Septiembre - Octubre 1984
El editor de libros tiene que ser un guerrillero pacífico en la jungla de la industria cultural latinoamericana, luchando con su creatividad empresarial, con la calidad de sus libros, con sus inquietudes culturales y políticas, su ingeniosa iniciativa, contra los problemas banales diarios: la censura estúpida y represiva, las seguras inseguridades de la economía con sus altas y bajas de las monedas nacionales, las deficiencias en el correo y los altísimos costos del papel y del transporte, los tiburones internacionales que se comen a las medianas y pequeñas editoriales como también lo hacen, aunque de otra manera, los piratas que no respetan los sellos editoriales; la olímpica informalidad de los clientes, en sus pagos morosos, quienes a la vez sufren de las mismas presiones económicas, político-culturales, administrativas y técnicas. El "finale triste ma non troppo": hacer y difundir libros en América Latina es algo más que una mera intención comercial, es un vicio del cual vive en parte la vitalidad de nuestras culturas.