México. El desafío de las guerrillas
Nueva Sociedad 130 / Marzo - Abril 1994
Hace 20 años que en México no había un alzamiento como el que se presenció con la llegada de 1994. Incluso podríamos afirmar que las guerrillas rurales de los años 70 en el estado de Guerrero nunca tuvieron la capacidad de hacer «guerra de posiciones», como fue la toma de San Cristóbal de Las Casas y cinco poblados. Después de un mes de la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con los combates en la región conocida como «Los Altos», a menos que se logre una negociación rápida, el léxico político mexicano se deberá acostumbrar a usar términos como guerra popular prolongada, guerra de posiciones, guerra de guerrillas, guerra de movimientos, etc. ¿Tiene esa guerrilla capacidad de expandirse?, ¿cuál es su base social?, ¿desde cuándo existe?, ¿cómo incidirá en el sistema político mexicano? En términos militares, lo que el EZLN hizo fue emplear el «factor sorpresa», clave en el éxito de toda acción militar, y ocupar una ciudad repleta de turistas para hacerse conocer en el país y el mundo.