Tema central
NUSO Nº 64 / Enero - Febrero 1983

La fuerza de los débiles. El modelo de las organizaciones de derechos humanos

La forma tradicional de hacer política ­ el partido ­ se funda en una formulación doctrinaria, a la cual adhieren sus militantes según sus propias convicciones. A partir de allí emprenden la acción. Esta concepción societaria en que los individuos se agrupan por creencias o por una identidad teórica para emprender la historia, encierra una contradicción de partida. Los individuos no se congregan por ideas, lo hacen para emprender tareas de conjunto en una realidad, en un \"aquí\" y en un \"ahora\", determinante en la viabilidad de las metas implícitas en esas tareas. Así, la coincidencia doctrinal no asegura la unidad de acción, en razón de la diferente percepción e interpretación de esa realidad. Pretenderlo es una reminiscencia teocrática, en la cual se incluye hasta el marxismo-leninismo. La nueva concepción política en las organizaciones de base latinoamericanas, arranca a la inversa de la realidad y congrega adherentes en torno a un plan concreto impuesto por las urgencias derivadas del deterioro de la vida en las grandes mayorías del continente. Cierto es que el consenso del grupo requiere los lineamientos gruesos de una ética común, sea solidaria o individualista. Superada esta disyuntiva, las restricciones que impone la doctrina en la política contemporánea son irrelevantes a la acción común, por el peso de esas urgencias. Es la controvertida y ya consolidada alianza cristiano-marxista en América Latina. Este modelo libre de las ataduras normativas clásicas, surgido de la realidad, su interpretación y urgencia, es la \"construcción del momento político\", denominación genérica con que se le identifica.

La fuerza de los débiles. El modelo de las organizaciones de derechos humanos
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad 64, Enero - Febrero 1983, ISSN: 0251-3552


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