Cómo se forman los niños populares. Escuela y familia
Nueva Sociedad 84 / Julio - Agosto 1986
¿Por qué se envía a los hijos a la escuela? ¿Qué es lo que se obtiene de esta inversión de esfuerzos materiales y simbólicos? ¿Qué es lo que los niños aprenden? Realmente, ¿en la escuela se aprenden hábitos, formas de organizar y percibir el mundo? ¿Se aprenden predisposiciones para la acción? ¿Cuál es el alcance y las consecuencias de su acción formativa? ¿A que intereses responde? Todas estas interrogantes se plantea la autora quien sostiene, al mismo tiempo, que señalan que la escuela termina con las desigualdades o, por el contrario, señalarla como un medio privilegiado que perpetúa la lógica de las desigualdades de las relaciones de clase, no basta para entender el alcance de la acción escolar. Para acercarnos - dice - a la problemática educativa se requiere del estudio de la relación que existe entre escuela y sociedad, entre escuela y comunidad, entre modelos y prácticas educativas. A partir de esta composición, en el presente trabajo se analizan los vínculos que establece la escuela con procesos de socialización más amplios para, de esta manera, entender cómo y por qué la presencia de la escuela es eficaz o no, repercute o no, y de qué forma contribuye a la reproducción y transformación social.