Bolivia: la maldición del estaño
Nueva Sociedad 81 / Enero - Febrero 1986
Cuando la principal riqueza de Bolivia, el estaño, estaba en su auge, el escritor Augusto Céspedes publicó "Metal del Diablo", novela sobre Simón Patiño, el rústico minero boliviano que llegó a millonario de categoría mundial. Para la mayor parte del pueblo boliviano, la explotación del mineral de estaño, arrancado de las entrañas de la tierra en el fondo de profundos socavones, ha sido eternamente una historia maldita. Para los mineros bolivianos, que forman uno de los proletariados más combativos de todo el movimiento obrero latinoamericano, ha sido realmente un metal diabólico, que los sometió a una explotación que acortaba sus vidas. Afectados por la silicosis, los mineros del estaño morían a los 30 años. Otros caían bajo las balas de los ejércitos represores, en el curso de las muchas masacres cometidas la última bajo el régimen de Banzer para aplastar las demandas por mejoras en las infrahumanas condiciones de trabajo.