Las elecciones parlamentarias escocesas del próximo 6 de mayo marcarán un momento decisivo en el debate por la independencia. La cuestión europea y la causa independentista se fusionaron tras la aprobación del Brexit en Reino Unido. En Escocia, donde ganó el rechazo a salir de la Unión Europea, el nacionalismo, hegemonizado por una fuerza progresista. Si en 2014 los escoceses votaron contra la independencia, en gran medida para seguir en Europa, tras el Brexit esa posibilidad podría pasar por su independencia.