La historia reciente de América Latina permite pensar en la posible viabilidad de un proyecto socialdemócrata. Es decir, el de una izquierda que logre una mayor igualdad social y económica «a través de» las instituciones y no «a pesar» de ellas. Sin embargo, la socialdemocracia latinoamericana debería empezar a abordar esos temas que las izquierdas han dejado por el camino (seguridad, corrupción, migración, la cuestión venezolana), despegándose con estilo de las derechas que han declamado su solución en la oposición, y articulándolo con un discurso igualitario potente.