Incluso después de la cumbre de jefes de Estado que se celebrara en Lima el 16 y 17 de mayo, el futuro de las relaciones europeo-latinoamericanas continúa siendo incierto. Si bien se insistió una y otra vez en la «importancia vital del diálogo birregional», frase repetida hasta el cansancio como un mantra, la declaración final no contiene nada que vaya más allá de los buenos deseos, ni medidas concretas ni la aprobación de instrumentos financieros.