El presente trabajo ha sido escrito con el propósito de plantear algunas consideraciones acerca de las consecuencias económicas y sociales más importantes que puede esperar nuestro país de persistir la actual concentración de la propiedad y la distribución de los ingresos. El tema, por supuesto, no es nada nuevo; sin embargo, su insistencia en una época como la actual, puede ser de utilidad para analizar la política económica, estimular la realización de investigaciones que persigan hacer viables económica y socialmente muchas transformaciones tradicionalmente reclamadas por el país y, consiguientemente, para proponer nuevos instrumentos que persigan mejorar, en forma sustantiva, la situación de la mayoría de la población ecuatoriana.