Debe subrayarse la relevancia e incidencia de la dimensión sociocultural, expresada en diversos valores, pautas de comportamiento, tradiciones y actitudes del entorno local, sobre las modalidades y potencialidades que puede asumir un modelo de desarrollo industrial. Las nuevas formas de organización productiva (distritos y encadenamientos) sustentadas en relaciones de cooperación interfirmas, basadas en fuertes lazos de confianza, valores compartidos y objetivos comunes, pero al mismo tiempo profundamente dependientes del apoyo de un contexto institucional en el mesoespacio, han hecho evidente la importancia de ventajas social y políticamente construidas.