Si América Latina no quiere ser ningún Paraíso Terrenal bucólico, ninguna Jungla paradisíaca con serpientes emplumadas y amazonas prometedoras, como lo sueñan los europeos, sino que reclama un puesto entre las regiones desarrolladas del mundo, y aspira a participar en la competencia por la tecnología, el mercado y el poder, debe ventilarse la pregunta referente al valor estratégico del subcontinente. Por ahora se ha definido lo que no quiere ser Latinoamérica: por ejemplo, un nicho ecológico que renuncie parcialmente al desarrollo para garantizarle a los Estados Industrializados la continuación, sin estorbos, de su Industrialismo devorador de recursos.