Por biodiversidad o diversidad biológica se entiende la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos los ecosistemas terrestres, marinos y demás ecosistemas acuáticos, entre otros, y la diversidad de complejos ecológicos a los que ellos pertenecen. A primera vista eso suena a biología, a geografía y a medicina. Pero desde la perspectiva de la política del desarrollo es uno de los temas cruciales que determinarán el conflicto Norte-Sur en los próximos años. Un tema más relevante, por ejemplo, que la cuestión del endeudamiento de los 80. Y es que la diversidad de especies de los países tropicales del Sur es actualmente «el Dorado» que los consorcios farmacéuticos y la agroindustria internacionales aspiran a obtener como propiedad exclusiva movilizando capital, tecnología y a los mejores abogados. Allí reside una de las últimas oportunidades de los países del Sur para hacer realidad un desarrollo con perspectivas de futuro, conservando su diversidad de especies.

Entre los líderes tradicionales de la izquierda, de la derecha y de todos los matices intermedios de la región, se manifiesta ocasionalmente con mayor claridad que entre los dirigentes sindicales la escasa identificación con los problemas ambientales. En América Latina, y en el resto del mundo, una red entre ONGs, especialistas y militantes a favor del desarrollo sustentable son quienes pueden construir propuestas alternativas al modelo ecónomo vigente, y darle posibilidades de viabilidad ciertas a mediano plazo.

La ingeniería genética, rama principal del desarrollo de la moderna biotecnología, se desarrolló en los años 70, en forma casi paralela a la inseminación «in-vitro». La ingeniería genética representa una ruptura radical con la biotecnología clásica (cría de plantas, fermentación, etc.). Este salto cualitativo explica la elevada apuesta política respecto de la Declaración sobre Biodiversidad en la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río. El mismo salto cualitativo también explica la creciente preocupación mundial por lo estándares de seguridad de esa esfera tecnológica.

Frente a la gravedad y peligro derivados de la utilización de las tecnologías de riesgo, es preciso establecer líneas de acción horizontal en defensa del ambiente común. El papel de las instituciones estatales, los grupos de opinión y las ONG\'s en el diseño de políticas de preservación locales resulta tan fundamental como perentorio.