Entrevista
junio 2018

El mundial del trabajo decente

Entrevista a Maurício Rombaldi

Los megaeventos deportivos han favorecido las campañas por el trabajo decente. Los trabajadores que desarrollan tareas de construcción y mantenimiento de los estadios han creado instancias y estrategias para luchar por sus derechos. En esta entrevista, el sociólogo Maurício Rombaldi explica qué está sucediendo con las campañas de los trabajadores de los megaeventos deportivos. Hay otro mundial y es el de los trabajadores.

<p>El mundial del trabajo decente</p>  Entrevista a Maurício Rombaldi

Durante los últimos mundiales, hemos asistido a un fenómeno trágico: en la construcción de estadios y de instalaciones deportivas para esos megaeventos, muchos trabajadores han resultado heridos o incluso han muerto mientras desarrollaban sus labores. ¿Puede comentarnos qué está sucediendo efectivamente con esta situación? ¿Qué sucede con las garantías de trabajo para estos ciudadanos?

Para comprender el fenómeno de los innumerables accidentes de trabajo en los preparativos de los megaeventos deportivos, debemos analizar y entender la confluencia de algunas variables. En primer lugar, es preciso percibir que el sector de la construcción, de forma independiente a los preparativos para juegos deportivos, suele experimentar innumerables casos de accidentes laborales que, en muchas ocasiones, se convierten en accidentes fatales. El sector está marcado por una intensa precarización del trabajo, que se evidencia en la significativa subcontratación de empresas que hacen uso de trabajadores con baja remuneración, sin entrenamiento suficiente para las actividades desarrolladas y sin estabilidad en el empleo. Además, el incumplimiento de normas de seguridad en el trabajo es bastante común y constituye un hecho muy problemático en un ambiente tan complejo como una obra.

La baja calificación profesional de los trabajadores se potencia en el caso de los inmigrantes –característica de la mayoría de la mano de obra en los preparativos de la Copa del Mundo de 2022 en Qatar–, que muchas veces no dominan el idioma del país en el que trabajan y, por esta razón, tienen dificultad para comprender las instrucciones, pero también, y sobre todo, sus derechos. Los trabajadores migrantes deben, necesariamente, ser recibidos con atención especial por las dificultades que enfrentan por estar lejos de su país, de su idioma de origen, de las redes sociales de protección, así como por desconocer sus derechos. Sin embargo, lo que sucede es lo contrario: el trabajo migrante ha sido considerado habitualmente como mano de obra barata, como mercancía.

Por último, el aumento del número de accidentes se vincula con la velocidad de desarrollo de las obras. Los plazos establecidos para la construcción de los estadios, así como los retrasos y la presión ejercida por los comités organizadores, ciertamente implican presión sobre los trabajadores. En un escenario como este, resulta más difícil pensar en el entrenamiento de la mano de obra, en la planificación de dispositivos de seguridad y en el monitoreo sobre la aplicación de principios de prevención de accidentes.

¿Existe algún tipo de legislación internacional que regule y vigile efectivamente el trabajo decente en los megaeventos deportivos? Si es así, ¿cómo se ha ido aplicando y qué tipo de vigilancia se le ha dado a su cumplimiento?

Lamentablemente, no hay una legislación internacional que regule el trabajo hasta el punto de ofrecer sanciones internacionales. Sin embargo, existen dos formas de regular el trabajo desde la perspectiva internacional. La primera se refiere a una serie de convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que tienen por objetivo influenciar el comportamiento de los países frente al mundo del trabajo por medio del constreñimiento por no haber cumplido con un convenio firmado. Sin embargo, esta iniciativa de la OIT, a pesar de ser muy importante y de influir en los procesos de regulación del trabajo, tiene sus limitaciones. Un ejemplo de esta debilidad se refiere al hecho de que los países tienen libertad para firmar o no firmar los convenios de la OIT.

En Brasil, por ejemplo, recientemente se ha aprobado una reforma laboral que fue ampliamente criticada por la OIT. Sin embargo, no se impidió su implementación. Para que se pueda comprender la forma en la que esta reforma laboral redunda en la intensificación de la precarización del trabajo, basta observar que introduce la posibilidad de aplicación del trabajo intermitente –relativo a la prestación de servicios de forma no continua, de acuerdo con el interés del empleador–, posibilita la flexibilización de normas legales a partir de la negociación directa entre el empleado y el empleador, sin la participación de los sindicatos de las respectivas categorías, e inserta reglas que dificultan el acceso a la justicia del trabajo, como el cobro de costas judiciales de los reclamantes, incluso cuando son, supuestamente, beneficiarios de una justicia gratuita. En Brasil, la preparación de los megaeventos deportivos estuvo marcada por una serie de accidentes, sobre todo en el caso de las empresas subcontratadas. Si la reforma laboral ya hubiese estado en vigor en ese periodo, el escenario de precarización se habría intensificado.

La segunda forma de regular el trabajo a nivel internacional va más allá de una legislación internacional. Se refiere, principalmente, a los esfuerzos emprendidos por los trabajadores junto a sus sindicatos. A nivel internacional ha habido una serie de campañas en favor del trabajo decente en megaeventos deportivos desarrollados por Federaciones Sindicales Internacionales. Entre ellas se destacan las campañas desarrolladas por la Internacional de los Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) dirigida a los mundiales de fútbol. Tres de esas campañas ganaron una importante notoriedad en los últimos años: se trata de las que se desarrollaron en el camino hacia las Copas del Mundo de Sudáfrica 2010, de Brasil 2014 y ahora frente a Qatar 2022.

¿Los trabajadores han aprovechado los megaeventos deportivos para realizar demandas por mejores condiciones laborales? ¿Cómo han aprovechado los sindicatos estos megaeventos para hacer oír su voz?

La verdad es que, a pesar de los problemas encontrados en los preparativos de los megaeventos y de los inaceptables accidentes ocurridos, las competiciones deportivas se han mostrado como grandes oportunidades para la organización de trabajadores. Eventos como las Olimpiadas y la Copa del Mundo de Fútbol han redundado en un aprendizaje sindical que se está acumulando a lo largo de los años a partir de las distintas experiencias de militancia. Ciertamente la organización de la campaña desarrollada por la ICM junto a los sindicatos sudafricanos, en los preparativos del Mundial 2010, dejaron un legado. Tal legado se refiere al aprendizaje sobre los éxitos y los fracasos en la negociación con la FIFA, con los organizadores locales y, sobre todo, a la articulación de sindicatos en torno a una agenda de militancia en común, de forma solidaria e independiente de divergencias político-ideológicas. En particular, he podido percibir la continuidad de la campaña sudafricana en la iniciativa desarrollada en Brasil, principalmente por haber sido el coordinador brasileño de la misma. Años después, cuando me dediqué exclusivamente a la academia y pude desarrollar estudios que reflejaron el tema en el campo de la sociología, esta situación me resultó absolutamente clara. Los resultados de dichas campañas fueron significativos para mejorar las condiciones de trabajo. En la iniciativa de campaña multisectorial llamada Play Fair, que estaba dirigida a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, fue posible, por ejemplo, incidir en la mejora de las condiciones de trabajo de los asiáticos que producían las mascotas de los juegos. En África del Sur y en Brasil, las campañas sindicales internacionales desarrolladas para el sector de la construcción tuvieron una significativa influencia en el desarrollo las negociaciones por mejores salarios y condiciones de trabajo dignas en la construcción de los estadios.

¿Cómo pueden favorecer estos megaeventos la internacionalización de los reclamos de los sindicatos y de los trabajadores?

En efecto, los megaeventos deportivos han implicado una creciente internacionalización de las organizaciones sindicales nacionales. En este aspecto, el caso brasileño es paradigmático. En el comienzo de la campaña internacional desarrollada en el país, sólo había cinco organizaciones afiliadas a la federación internacional del sector de la construcción. Al final del proceso, en 2014, cerca de 30 organizaciones ya estaban afiliadas. La campaña fue la base de un movimiento de internacionalización de los sindicatos de la construcción en el país que se mantiene hasta hoy. Además, la internacionalización de los sindicatos nacionales puede ser percibida por las campañas de solidaridad –expresadas, por ejemplo, con imágenes de trabajadores y sindicalistas de distintas regiones del planeta con tarjetas rojas para la FIFA por las malas condiciones de trabajo experimentadas en los preparativos de los juegos–, así como en la continuidad de la adopción de campañas internacionales.

En el mismo sentido, es importante señalar que las empresas transnacionales también han posibilitado la internacionalización de agendas de trabajadores. Aunque suelen ser conocidas por la voracidad con la que desarrollan los emprendimientos capitalistas –buscando países en los que las legislaciones laborales son más débiles y el costo de la mano de obra es bajo–, tales empresas sirven como mapas corporativos que permiten la interlocución entre trabajadores esparcidos alrededor del planeta. A partir de tales empresas, se establecen grupos y comités de trabajadores, así como de redes sindicales que articulan demandas aparentemente restringidas al ámbito local. En este sentido, aunque haya cierto pesimismo por las imposiciones capitalistas, hay razones para que tengamos optimismo en cuanto a las potencialidades de la organización internacional de trabajadores.


Maurício Rombaldi es doctor en Sociología por la Universidad de San Pablo (USP) y profesor adjunto de la Universidad Federal de Paraiba (UFPB). Su línea de investigación se centra en el análisis de la globalización, las relaciones de trabajo y el sindicalismo. En especial, se destacan sus estudios sobre internacionalización sindical y regulación del trabajo en los niveles nacional e internacional.


En este artículo


Newsletter

Suscribase al newsletter