Opinión
mayo 2022

Cómo la guerra de Putin divide a la diáspora comunista

La invasión rusa de Ucrania está provocando discusiones y divisiones entre los partidos comunistas. Mientras que algunos consideran a la guerra como un enfrentamiento interimperialista, otros justifican diversos aspectos de la invasión y en el caso del Partido Comunista de la Federación Rusa apoya directamente la «operación militar» junto a otros grupos nacionalistas.

<p>Cómo la guerra de Putin divide a la diáspora comunista</p>

La invasión rusa de Ucrania amenaza con hacer saltar por los aires los laboriosos intentos de los partidos comunistas por encontrar una nueva identidad y una nueva forma organizativa tres décadas después del fin de la Unión Soviética. Mientras que el Partido de la Refundación Comunista de Italia [Rifondazione Comunista], el Partido Comunista Francés (PCF) y el Partido Comunista de España (PCE) (que forman parte del Partido de la Izquierda Europea) y el Partido Comunista chileno condenaron inmediatamente la invasión rusa sin esperar a que se les inste a ello, pocos días después del estallido de la guerra, 42 partidos comunistas y obreros y 30 organizaciones juveniles aprobaron un documento en el que condenan la invasión rusa como parte de una guerra «imperialista» [allí se señala, por ejemplo, que «La decisión de la Federación Rusa de reconocer inicialmente la ‘independencia’ de las llamadas ‘Repúblicas Populares’ en Donbas y luego proceder a una intervención militar rusa, que se está llevando a cabo con el pretexto de la ‘autodefensa’ de Rusia, la 'desmilitarización' y la 'desfascistización' de Ucrania, no se hizo para proteger a la población de la región o la paz, sino para promover los intereses de los monopolios rusos en el territorio ucraniano y su feroz competencia con los monopolios occidentales»]. 

Entre los firmantes había pequeños partidos y otros más importantes. En el caso de Italia, firmaron el Frente Comunista y el Frente de la Juventud Comunista (una escisión del Partido Comunista de Marco Rizzo); entre los partidos más importantes, destaca el PC sudafricano. En cambio, dos partidos importantes como el Partido Comunista de la India y el Partido Progresista del Pueblo Obrero de Chipre (AKEL, por sus siglas en griego) no firmaron.

Más recientemente, el periódico Rizospastis, órgano del Partido Comunista de Grecia (KKE, por sus siglas en griego), dedicó artículos a criticar a los dos partidos comunistas rusos que no firmaron el documento. Los comunistas griegos critican a los camaradas rusos por el apoyo que darían a Vladímir Putin y a la «guerra imperialista». El partido ruso que recibió los golpes más duros fue el Partido Comunista Obrero de Rusia (PCOR). Es un partido pequeño, no habilitado para participar de las elecciones. El PCOR coincide con los griegos y otros partidos en calificar la agresión rusa de «imperialista», pero inmediatamente añade que «la intervención armada de Rusia contribuye a la protección de la población del Donbas». Para ello, el partido ruso asegura que «no se opondrá a ese apoyo efectivo», al contrario, «en el momento en que las condiciones hicieron necesario ejercer la violencia hacia el régimen fascista de Kiev, no nos oponemos en la medida en que favorezca al pueblo trabajador».

Una postura, en todo caso, bastante confusa. La confusión surge también del hecho de que la organización juvenil PCOR adhirió al documento de los 42, mientras que la cuestión de la guerra ha creado intensas discusiones en la dirección del partido ruso con la dimisión de dos miembros del Buró Político. La «deriva nacionalista», denunciada por Rizospastis, llevó al PCOR a organizar recientemente una manifestación «por la victoria» junto con el movimiento nacionalista La Otra Rusia, heredero del Partido Nacional Bolchevique de Eduard Limónov.

Las críticas de los griegos al partido ruso más importante, el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), presente en la Duma y en varios parlamentos nacionales, son más cuidadosas. El PCFR se negó a calificar el conflicto de «imperialista», argumentando que se trata de una «guerra de liberación nacional contra la internacional del nazismo y el nuevo orden de Estados Unidos y la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte]». Rusia, argumentan, «es uno de los países más pobres de Europa» por lo que no se puede utilizar el término «imperialista» que, además, «Lenin utilizó para la Gran Guerra» y que, por tanto, es totalmente «inapropiado» en el conflicto actual. Como prueba, añaden que «los oligarcas rusos se han opuesto a la operación militar en Ucrania», ya que han sufrido «severas sanciones» [internacionales]. Estos son los puntos más destacados de la respuesta del PCFR a las acusaciones de sus compañeros griegos. Acusados de apoyar a Putin, los comunistas rusos responden que es el presidente ruso el que cedió a sus presiones y acudió en ayuda de la «sufrida población» de las [«repúblicas populares»] de Donetsk y Lugansk, en el Donbas, donde el PCFR se jacta de tener «cientos de militantes luchando contra los nazis». Añaden que el gobierno de Moscú ha intentado en repetidas ocasiones frenar, sin éxito, la expansión de la OTAN hacia el este. Además de las dos regiones de Ucrania con población rusófona, los comunistas rusos describen a Ucrania como un país totalmente en manos de los intereses occidentales, donde el uso de la lengua rusa está prohibido, al igual que la actividad de los comunistas, mientras que Kiev supuestamente está preparando sus propias armas nucleares y biológicas.

En cuanto a las acusaciones de los comunistas griegos de «coquetear con ideas y fuerzas nacionalistas», la respuesta rusa es tajante: «Declaramos con orgullo que somos la mayor fuerza patriótica de izquierda en Rusia». Al final de su polémica respuesta, el PCFR expresa su «profundo respeto por el KKE, un partido que ha contribuido como ningún otro al renacimiento del movimiento [comunista] internacional y obrero tras el hundimiento de la URSS». Se trata de un reconocimiento no formal. Si esta controversia tiene un significado político, este consiste en que el KKE (con 5,3% de los votos en las últimas elecciones) ha desempeñado efectivamente un papel destacado en la articulación y el apoyo a diversos partidos comunistas en Europa y fuera de ella. En Italia, colaboró primero con el Partido Comunista de Marco Rizzo, cuya Federación Juvenil (FGCI), que ha abandonado el partido, aparece entre los firmantes del documento internacional.

Este texto de condena de los 42 partidos fue también obra de los comunistas griegos, ayudados por los PC turco y mexicano y el Partido del Trabajo español. Ahora que la guerra ha colocado los pilares del comunismo postsoviético en posiciones diametralmente opuestas, el intento de recuperación de la diáspora comunista debe superar otro gran obstáculo.

Nota: La versión original de este artículo en italiano se publicó en Il Manifesto el 27/5/2022 y está disponible aquí. Traducción Pablo Stefanoni.


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