Apuntes de integración en América Latina 1/2018

enero - marzo 2018
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Alianza del Pacífico

La Alianza del Pacífico ha mantenido en los últimos meses una serie de encuentros con los países candidatos a convertirse en estados asociados al bloque que integran Chile, Colombia, México y Perú. Los primeros candidatos a obtener tal estatus son Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur, cuyos representantes se habían reunido por primera vez en Cali (Colombia) en octubre de 2017. Las negociaciones continuaron en febrero de este año en Gold Coast (Australia) y en marzo en Santiago de Chile, donde se presentaron las ofertas de los países en materia de acceso a mercados de bienes, servicios e inversión, y compras públicas, así como también los anexos de entrada temporal de personas de negocios. Además, se reunieron los grupos de negociadores sobre defensa comercial, reglas de origen, facilitación del comercio, obstáculos técnicos al comercio, mejora regulatoria, cooperación, medio ambiente, laboral, competencia y empresas del estado, género y comercio, pymes y asuntos institucionales.

De acuerdo a lo trascendido, en la última reunión se alcanzó un acuerdo básico sobre buenas prácticas regulatorias, según el cual en el momento en que los países requieran expedir alguna norma, esta será “transparente” y estará “justificada adecuadamente”, para dar mayor certeza a la inversión y al comercio exterior en torno a dichas regulaciones. También se abordó la discusión de las reglas sobre las medidas sanitarias y fitosanitarias, para que no redunden en trabas al comercio.

Las delegaciones acordaron, finalmente, incrementar el trabajo que los expertos de las diferentes mesas realizan entre cada ronda de negociaciones. El próximo encuentro tendrá lugar a mediados de mayo en Ottawa (Canadá).


Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)

El pasado enero tuvo lugar en Santiago de Chile la II Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Celac y China. El encuentro, al que asistieron solo dos presidentes (de Argentina y Chile) pero también cancilleres y delegaciones de 31 países, fue una ocasión para el diálogo de alto nivel sobre el fortalecimiento de la cooperación entre ambas regiones. Como resultado del mismo, en la Declaración de Santiago, los representantes de dichos países destacaron los avances alcanzados desde la primera reunión de este tipo, realizada tres años antes en Beijing, como la construcción institucional del Foro, el fomento del desarrollo económico y el intercambio cultural entre ambas regiones. Además, se comprometieron a promover el intercambio de conocimientos sobre el financiamiento chino y sobre los fondos de cooperación para los países miembros de la CELAC, así como a explorar conjuntamente posibles áreas de cooperación en seguridad, entre otras materias. Acerca del escenario mundial, afirmaron mantener su “compromiso de promover y defender el multilateralismo” y apoyar “la reforma de la Organización de Naciones Unidas para un mejor cumplimiento” de sus responsabilidades.

Asimismo, China presentó su iniciativa “Una Franja y una Ruta” para la cooperación internacional, definida en una Declaración Especial de la reunión como una plataforma que busca crear nuevas formas de cooperación internacional con los países de la región “como partícipes indispensables, relanzando el concepto de la histórica Ruta de la Seda y sus perspectivas para el comercio internacional”. En concreto, se trata de un proyecto en el que China trabaja desde 2014 para fortalecer la conectividad internacional a través de una fuerte inversión en infraestructura, por medio de la construcción de carreteras, ferrocarriles y puertos dentro de la franja económica de la ruta de la seda y la ruta marítima de la seda (que incluye principalmente Asia Central, Asia Pacífico, Oriente Medio, África y Europa). De acuerdo a lo trascendido, la conexión con Europa sería principalmente por vía terrestre, y en el caso de Latinoamérica la ruta iría por el mar, facilitando el ingreso de alimentos latinoamericanos a China y reduciendo costos logísticos. Al respecto, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, dijo esperar “que la ruta de la seda de siglo XXI esta vez no quede solamente en Europa, sino que llegue a América Latina y el Caribe, y en ese sentido estamos muy satisfechos por haber aprobado nuestra declaración especial".

La tercera reunión ministerial de este Foro se realizará en China en 2021.


Comunidad Andina de Naciones (CAN)

Si el libre comercio presenta importantes desafíos cuando se evalúan las relaciones entre países del norte y del sur, no lo hace menos cuando se trata de relaciones entre países sudamericanos con economías de distinto grado de desarrollo. Así se mostró en la rueda de prensa ofrecida en marzo por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) de Bolivia, en la que se expresó el alerta de los productores por la desgravación de sus productos en el comercio entre la Comunidad Andina y el Mercosur. Según el Acuerdo de Complementación Económica entre ambas subrregiones firmado en octubre de 2004 (ACE Nº 59), a la liberalización del intercambio de una gran cantidad de productos desde 2015 se sumaría en 2018 la completa desgravación de bienes que hacen parte del patrimonio histórico o de gran sensibilidad para los países de la CAN, como algunos productos agrícolas, alimentos, maquinarias y material de transporte.

Ante esta perspectiva, Anapo señaló que la apertura del mercado al Mercosur genera desigualdad de condiciones de competitividad para Bolivia, cuya producción no cuenta con la tecnología de punta que poseen otros grandes productores, como Argentina o Brasil. En el mismo sentido, el presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Reinaldo Díaz, se refirió a la necesidad de que Bolivia cuente con mayor acceso a la biotecnología para productos que requieren ser más competitivos, considerando que en la misma superficie de tierra, Brasil supera en más del 100 por ciento en productividad de soya a Bolivia gracias a la aplicación de ese tipo de tecnología.

A la alerta se sumó la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), cuyo presidente, Freddy Suárez, indicó que Bolivia tampoco dispone de la logística, carreteras, ni puertos para salir a ultramar en las mismas condiciones que los grandes agroproductores de la región.


Comunidad del Caribe (Caricom)

Los días 26 y 27 de febrero se llevó a cabo en Puerto Príncipe (Haití) la 29ª reunión interanual del proceso de integración que reúne a los países caribeños1 y gran parte de la atención del encuentro se dirigió a las consecuencias de los huracanes que azotaron a varios países de la región en septiembre de 2017. Los mandatarios debatieron sobre los desafíos que enfrentaron los territorios azotados y encomendaron a la agencia caribeña de manejo de emergencias por desastres (CDEMA, por sus siglas en inglés) realizar un relevamiento de los recursos necesarios para lograr una efectiva estrategia regional de mitigación y manejo de dichos desastres.

Además, entre otros temas en los que se avanzó en la reunión, los representantes caribeños aprobaron una estrategia común contra el terrorismo, y se comprometieron a trabajar en legislación compatible con ella. También se felicitaron por el nuevo Acuerdo Multilateral de Servicios Aéreos de la Caricom (una nueva versión del anterior acuerdo, conocido como MASA, que funcionaba desde 1998), considerando que creará un ambiente liberalizado acorde con las políticas de aviación emergentes en la OMC y que permitirá mejorar la conectividad, el transporte de bienes y servicios y el turismo.

Por último, se atendieron cuestiones bilaterales, como la tensión en la frontera entre Guyana y Venezuela. El presidente de Guyana, David Granger, suspendió su asistencia al encuentro regional para centrar “toda su atención en asuntos nacionales”, entre los que se destacaron los problemas de seguridad surgidos a raíz de la crisis venezolana. El gobierno de Guyana anunció el aumento paulatino de la presencia de tropas en la zona fronteriza con dicho país para ayudar a paliar el tráfico de armas por comida y reducir la violencia de las pandillas. Al respecto, los mandatarios caribeños expresaron “su firme e inequívoco apoyo al mantenimiento y la preservación de la soberanía e integridad territorial de Guyana”.

Mercado Común del Sur (Mercosur)

La última cumbre presidencial del Mercosur tuvo lugar el pasado 21 de diciembre en Brasilia, donde las conversaciones de los presidentes de los estados miembros del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y los representantes de sus estados asociados (presidentes de Bolivia y Guyana y ministros de Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Surinam) se centraron en dos cuestiones principales: la participación de Venezuela y las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre el bloque sureño y la Unión Europea (UE).

Venezuela había sido suspendida por el bloque en diciembre de 2016, oficialmente a causa del incumplimiento de la actualización del Tratado de Adhesión con el que se había comprometido en 2012. Sin embargo, detrás de dicha suspensión se encontraban las diferencias políticas y las acusaciones de la mayoría de los países del Mercosur de que Venezuela no respetaba condiciones esenciales de un régimen democrático. En esta línea, en la cumbre del pasado diciembre, el presidente anfitrión, Michel Temer, sentenció que el país caribeño podría volver al bloque “cuando vuelva a la democracia”, considerando que “defenderla no es imponerle políticas a nadie”, pero sí "mantener fidelidad a los compromisos asumidos por el Mercosur”. En cambio, el presidente boliviano, Evo Morales, confirmó su postura divergente, llamando a “reunir a Venezuela en estas cumbres”, entendiéndolo “como un Estado miembro” y asegurando que “existe un ataque político, mediático, económico y comercial contra Venezuela y no podemos dejar que continúe”.

Mientras tanto, los cuatro países sudamericanos continuaron sus conversaciones acerca del Acuerdo de Asociación con la UE. Si bien varios negociadores habían anunciado una posible conclusión positiva de las mismas en este encuentro, la cumbre no ofreció novedades al respecto, como tampoco lo hicieron posteriormente las variadas reuniones que mantuvieron representantes de ambos bloques en enero, febrero y a principios de marzo.

Por último, cabe señalar que la reunión del Consejo del Mercado Común (que integran los cancilleres y ministros de Economía de los estados partes) realizada en vísperas de la cumbre presidencial aprobó 14 nuevas decisiones; entre ellas, se creó el Grupo Agenda Digital para que proponga iniciativas vinculadas a la digitalización (desde infraestructura digital hasta gobierno abierto) y se acordó un Protocolo de Contrataciones Públicas para el fortalecimiento de la Unión Aduanera.

Sistema de la Integración Centroamericana (Sica)

El interés de los países del Sica por expandir sus lazos comerciales internacionalmente se ha plasmado el pasado febrero en un nuevo tratado de libre comercio con Corea del Sur que firmaron cinco países centroamericanos: Costa Rica, Panamá, Honduras, Nicaragua y El Salvador. Por su parte, Guatemala continúa su negociación con el país asiático poniendo énfasis en la protección de ciertos sectores agrícolas e industriales.

El tratado profundiza relaciones históricas entre estos países. Tal como señala la embajada de Corea del Sur en Nicaragua, desde 1996 su país ha cooperado con los países del Sica mediante el mecanismo del Foro de Diálogo de Cooperación y durante años se han ejecutado, a través de préstamos del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Económico (EDCF) de Corea, diversos proyectos en materia de transmisión eléctrica, energías renovables, tratamiento de aguas residuales, suministro de agua potable y construcción de carreteras, entre otros.

Ahora, ambas regiones firmaron este nuevo acuerdo con el que se eliminarán los aranceles de importación en más de 95 por ciento de los productos intercambiados por ambas partes. Se trata del primer país asiático en firmar un acuerdo comercial con cinco naciones centroamericanas y se espera que, cuando el mismo entre en vigor, estos cinco países obtengan acceso preferencial para sus productos agrícolas, marinos o textiles. A cambio, recibirían un importante flujo de oferta de automóviles, productos de alta tecnología o electrodomésticos manufacturados en Corea del Sur, expandiendo éste su presencia en el mercado centroamericano por delante de sus rivales chinos y japoneses.

El acuerdo, además, se ha leído como una tercera vía de acceso al mercado norteamericano, en momentos en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condena abiertamente el tratado de libre comercio entre su país y Corea del Sur, que se encuentra en renegociación a pedido de Washington.


Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)

En línea con su objetivo constitutivo de fortalecer la democracia, el proceso de integración que integran los países sudamericanos2 acompaña con sus observaciones distintos procesos electorales, como el referéndum y consulta popular realizada en Ecuador el pasado febrero. Se trató de una convocatoria en la que el presidente, Lenín Moreno, llamó a la población a decidir sobre temas que formaban parte del debate para una reforma constitucional, como la inhabilitación para cargos públicos a personas condenadas por corrupción, la eliminación de la reelección indefinida de aquellos cargos, la eliminación de la prescripción de delitos sexuales contra menores, la prohibición de la minería metálica en ciertas áreas y la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.

La consulta popular fue leída como un enfrentamiento abierto entre el actual presidente y su antecesor, Rafael Correa, que se inició con cruces de críticas y reproches poco después del cambio de mando (el pasado mayo) y que fracturó su partido entre «morenistas» y «correístas»). Ese telón de fondo resaltó la importancia de la observación internacional del proceso electoral, ante el cual la misión de Unasur se desplegó en seis provincias (Pichincha, Azuay, Manabí, Esmeraldas, Orellana y Guayas) que representaban un alcance territorial de alrededor del 62% del padrón electoral. El equipo estuvo integrado por especialistas, técnicos y altas autoridades de los órganos electorales de nueves países de Unasur.

En su informe preliminar sobre el desarrollo de la consulta, la misión electoral dejó constancia de que “la jornada electoral se desarrolló con normalidad, alta participación de la ciudadanía y con procedimientos que se ajustan a los estándares internacionales, incluidos los protocolos de transmisión de resultados y su totalización”. Además, aseguró que continuará recibiendo información sobre las tareas pendientes del proceso y emitirá sus conclusiones y recomendaciones en un Informe Final, de acuerdo a la Cláusula 9.3 del Convenio entre Unasur y el Consejo Nacional Electoral de Ecuador. Este informe pretenderá explorar mecanismos de cooperación entre los órganos electorales del Ecuador y los organismos integrantes del Consejo Electoral de Unasur.

Posteriormente, una nueva misión observadora de Unasur partió hacia Colombia, para estar presente en las elecciones legislativas del 11 de marzo.


  • 1.

    Antigua y Barbuda; Bahamas; Barbados; Belice; Dominica; Granada; Guyana; Haití; Jamaica, Santa Lucía; San Cristóbal y Nieves; Montserrat; San Vicente y Granadinas; Suriname; y Trinidad y Tobago.

  • 2.

    Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela.