Tema central
NUSO Nº 105 / Enero - Febrero 1990

Un caso intrincado de violencia: Colombia

El caso de la violencia en Colombia no es único, pero muestra tal persistencia e intensidad que merece la atención más que otros. Existe una multiplicidad de formas de violencia en Colombia, que se recubren y se retroalimentan mutuamente, siendo muy diversos los actores de ellas. Entre los principales están los varios grupos guerrilleros, que datan de la década de los 60, los recientes grupos exterminadores (mal llamados de «autodefensa» o «paramilitares») y los grandes carteles del narcotráfico, cuyo poder económico se enlaza con los anteriores y son hoy los mayores generadores de violencia en Colombia. En la etapa anterior, el movimiento guerrillero basculó entre un paradigma de guerrilla «militar» y uno de guerrilla «societal». La nueva generación guerrillera está operando (con la excepción del recalcitrante ELN, dedicado al terrorismo contra centros de economía nacional) una «subversión de la subversión», repudiando tres errores anteriores: el «foquismo armado», el «terrorismo» y la «guerra popular prolongada». Encabezado por el M-19, el movimiento guerrillero parece converger actualmente hacia un proceso esperanzador de tregua armada, nuevo diálogo e incorporación a la vida democrática, que responde a la apertura prudente del sistema político colombiano, tal como la está expresando la administración Barco en sus dos últimos años y su convocatoria a un plebiscito nacional, que agilice las grandes reformas económicas, sociales y políticas que necesita el país.

Un caso intrincado de violencia: Colombia
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad 105, Enero - Febrero 1990, ISSN: 0251-3552


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