«Lo propio» y «lo ajeno» son conceptos vinculados - en América Latina, como en el resto del mundo - a una realidad dinámica, y, por consiguiente, están sujetos a redefiniciones. Los limites entre el uno y el otro han sido considerados por la autora en relación a la noción de sistema, que permite trazar su historia y proyectarlos hacia una dimensión futura. En este ejercicio conceptual se esbozan alternativas posibles de futuro, basadas en la preponderancia de uno u otro de estos ejes de orientación. Se propicia, finalmente, una integración entre ambos, que significa hacer uso máximo de la diversidad existente y reelaborarla en forma creativa, pero que significa también recuperar lo adoptado y reconocerlo como propio, constituyendo así las bases de una nueva identidad regional.