Durante meses se ha especulado mucho sobre las elecciones en Canadá, pero ahora es seguro: los canadienses se encaminan a las urnas para una elección anticipada el 20 de septiembre de 2021. El primer ministro Justin Trudeau, que lidera el gobierno centrista de minoría liberal desde 2019, hace una apuesta al convocar a los votantes con dos años de anticipación en busca de un mandato de mayoría, aunque ese resultado no es de ningún modo seguro. Su apuesta puede resultar políticamente arriesgada.
Trudeau ha enfrentado críticas por lazar una campaña electoral innecesaria justo en el momento en que las cifras del covid-19 están creciendo en Canadá, pese a una tasa bastante alta de vacunación. No es en absoluto claro que los votantes vayan a premiarlo por arrastrarlos a las urnas en medio de una emergencia nacional, sin otro imperativo claro que el deseo de los liberales de consolidar su poder.
Falta de inspiración
La elección de este momento difícil para llevar a cabo los comicios es en parte resultado de la indecisión previa del partido de Trudeau. Si bien estaban tentados de capitalizar los altos niveles de aprobación de los inicios de la pandemia, los liberales dudaron en llamar a elecciones durante lo peor de la segunda y la tercera olas de covid-19 en Canadá, en el otoño y la primavera boreales del año pasado. Esto les redujo el margen para llevar a cabo las elecciones antes de una potencial cuarta ola de la epidemia a fines de septiembre. En consecuencia, los comicios se acomodarán con calzador en una apretada campaña de 36 días, el mínimo legal en Canadá.
La mayoría de los observadores predicen una vuelta de los liberales al poder, ya sea con una escasa mayoría o con una minoría acrecentada. Si ganan, este sería el tercer mandato de Justin Trudeau como primer ministro, ya que Canadá no tiene límite de mandatos. Pero después de dos términos de gobierno, la campaña de Trudeau tiene dificultades para encontrar una historia convincente que justifique por qué necesita con tanta urgencia un tercer mandato. Si la pandemia de covid-19 no hubiese ocurrido, sería difícil imaginar en qué se habría centrado su segundo mandato. Y hasta ahora, no ha presentado ningún argumento fuerte que subraye la necesidad de reelegirlo. Su principal propuesta de campaña, necesaria pero políticamente poco estimulante, es un programa de cuidado infantil universal que los liberales vienen prometiendo por casi 30 años.
Opositores fuertes
Otro factor clave que anima el llamado de los liberales a elecciones anticipadas son las bajas cifras que registra en los sondeos el segundo partido más grande de Canadá, el Partido Conservador. Aunque el partido es el único, además del Liberal, que alguna vez asumió el poder en el nivel federal, los conservadores tienen pocas chances de formar gobierno en las próximas elecciones y pueden encaminarse a uno de los peores resultados de su historia debido a la notoria impopularidad de su líder. Aunque por lo general tienen cierta ventaja electoral en Canadá como el partido más confiable en términos de propuestas económicas , los conservadores han tenido dificultades en el último año para lograr un impacto real y se centraron en gestionar las divisiones internas. Su campaña se complicó desde el comienzo, cuando el partido se opuso a la vacunación obligatoria para los trabajadores del sector público y los viajeros, una política que es popular entre el electorado canadiense, cansado de los confinamientos de la pandemia y cada vez más preocupado por la variante Delta.
El Nuevo Partido Democrático (NDP, por sus siglas en inglés), socialdemócrata, es la cuarta fuerza en el Parlamento canadiense. Liderado por un joven y carismático abogado sij, Jagmeet Singh, el partido vislumbra perspectivas muy alentadoras y ha logrado aprovechar eficazmente su posición de minoría en el Parlamento para obtener beneficios para la clase trabajadora canadiense durante la crisis del covid-19, entre ellos un generoso subsidio para el pago de salarios y una prestación complementaria de emergencia. Este antecedente puede ser atractivo para el electorado canadienses preocupado por la creciente crisis de poder de compra en Canadá, junto con las propuestas incluidas en la plataforma del partido para introducir la cobertura estatal de los medicamentos bajo prescripción médica, mejorar el acceso a la vivienda y reducir el costo mensual de los servicios de telefonía celular e internet.
La popularidad personal de Singh tuvo un marcado repunte durante el verano boreal, en particular entre jóvenes y mujeres, y en la actualidad ostenta los porcentajes más altos de aprobación personal entre todos los candidatos a primer ministro. Trudeau puede haber lanzado la apuesta, pero todo sugiere que Singh está mejor posicionado para obtener una importante ventaja estratégica.
Los efectos del covid-19
En el plano operativo, el covid-19 puede terminar siendo el comodín en esta elección, y la muy real amenaza de una cuarta ola en medio de la campaña, impulsada por la variante Delta, suma a la apuesta de Trudeau. El jefe de la Junta Electoral de Canadá advirtió que el anuncio de los resultados definitivos de la elección podría llevar unos días debido al incremento previsto de los votos por correo. Estos votos –que podrían sumar cinco millones– no serán contabilizados hasta el día posterior a la elección. Hasta ahora, todos los partidos han indicado que llevarán a cabo actos de campaña tradicionales, lo que incluye una gira completa de su candidato y encuentros allí donde las autoridades sanitarias locales lo permitan. Esto puede cambiar si la cuarta ola se afirma con fuerza durante el periodo de campaña.
La situación vacunatoria de los candidatos y del personal involucrado en la campaña ha sido tema en los medios, y los partidos asumen posiciones divididas al respecto. Los liberales y el NDP han declarado que sus candidatos deben estar totalmente vacunados para participar. Por el contrario, los conservadores, el Bloque Quebequés (separatista) y el Partido Verde recomiendan pero no exigen la vacunación. Para una población que se ha vuelto menos comprensiva con quienes deciden no vacunarse, estas decisiones tempranas podrían tener un gran impacto electoral.
Como la mayoría de los países, junto con la crisis sanitaria, Canadá se vio muy golpeado por la recesión durante la pandemia. 2020 fue el peor año de la historia para el crecimiento económico y el covid-19 profundizó las desigualdades económicas y sociales existentes en el país. Muchos canadienses que enfrentan problemas por la pérdida de empleos, el aumento del costo de vida y el cansancio frente a los ciclos aparentemente interminables de cierre y reapertura van a buscar una versión de la recuperación que los priorice en forma concreta.
Puede resultar que la población canadiense tenga poca tolerancia frente a una elección innecesaria en medio de un rebrote del covid-19, en especial si siente que esta no tiene otro propósito que reinstalar a los liberales en el poder. Trudeau todavía tiene tiempo para encontrar un discurso más centrado en el poder de compra y las auténticas preocupaciones de los canadienses.
Traducción: María Alejandra Cucchi
Fuente: IPS
