Opinión
abril 2017

¿Cómo crear empleos en la era digital?

En la era de la digitalización es posible crear una economía humana que ponga a los seres humanos al frente y en el centro.

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Desde que la Segunda Revolución Industrial empezó a apagarse en la década de 1960, el capitalismo global ha enfrentado una crisis de demanda. Irónicamente, las estrategias puestas en marcha para recuperar rentabilidad apuntan en gran medida al lado de la oferta: 1) la racionalización de la producción mediante la automatización tecnológica dirigida a aumentar la eficiencia; más recientemente, la revolución digital como el último intento de abordar la crisis de consumo mediante la racionalización del aparato consuntivo y distributivo; 2) la globalización de la producción mediante la deslocalización, aprovechando el costo de la mano de obra barata en las economías en desarrollo; 3) el enfoque neoliberal de liberar el lado de la oferta de cualquier «costo político», como bajar impuestos, reducir bienestar y bajar salarios; 4) la financiarización como estrategia para eludir la crisis buscando ganancias en los mercados financieros.

Por lo tanto, no sorprende que ninguna de estas estrategias haya tenido éxito en resolver la crisis de la demanda subyacente. Por el contrario, alimentando el desempleo y el subempleo en los antiguos países industriales, la automatización y la desindustrialización han contribuido a la crisis. Ahora las tendencias de desglobalización y automatización parecen estar acelerándose. A continuación, intentaré evaluar su impacto en la capacidad de crear empleo en las economías emergentes de Asia, con el foco puesto en la India.

La revolución digital está despegando. Inteligencia artificial, robots, redes inteligentes e impresoras 3D revolucionarán nuestra forma de vivir, trabajar y viajar. Los tomadores de decisiones consideran que la mayor productividad es la única manera de sobrevivir a la vertiginosa competencia global. Al no haber oposición política, la racionalización tecnológica se acelerará.

Mayor productividad significa que puede lograrse la misma producción con menos trabajadores, lo que lleva a la necesidad de eliminar puestos de trabajo. Hoy en día, las fábricas están pobladas de robots. En las fábricas del mañana, unos cuantos cientos de trabajadores serán suficientes para producir lo mismo que antes producían decenas de miles. Aún no se sabe si se está repitiendo la historia de las revoluciones industriales anteriores, ni si la pérdida de puestos de trabajo será compensada por nuevos empleos. Sin embargo, parece razonable suponer que, al menos en las economías con mano de obra de alto costo, los tiempos en los que el sector manufacturero creaba empleo en masa han llegado a su fin.

La automatización digital también ha comenzado a reemplazar trabajadores en el sector de servicios. Hasta ahora, la naturaleza flexible y descentralizada de muchos puestos de trabajo de baja cualificación los hacía relativamente resistentes a la automatización. Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, sin embargo, creen que esta resistencia a la racionalización puede terminar en la actual ola de automatización digital. Los grandes avances en big data, sensores y programación intuitiva permiten a las máquinas hacerse cargo de tareas que parecían estar a salvo hasta hace poco tiempo. Robots con inteligencia artificial reemplazarán a los empleados del sector de servicios con tareas altamente repetitivas, tales como asesores impositivos, agentes de viajes, empleados para asuntos legales o trabajadores de call centers. Es probable que las plataformas digitales alteren las industrias de servicios, desde las farmacias hasta la logística y el comercio minorista. Esto es una advertencia de que la automatización digital también puede limitar la capacidad de crear empleo en el sector de los servicios.

La globalización parece estar retrocediendo. En 2016, el comercio mundial creció más lentamente que el PIB global por segunda vez desde 1982. El flujo de capital mundial se desaceleró. Algunos incluso han argumentado que estamos viendo el comienzo de la desintegración de las cadenas de suministro globales. Aunque muchos factores contribuyen a esta tendencia de la globalización, la automatización digital puede ser el decisivo.

Mientras que los costos laborales están aumentando en muchas economías emergentes, la automatización digital está elevando la productividad en los viejos países industriales. Esto es particularmente significativo tanto en los países que ya han superado el punto de inflexión de Lewis y cuya disponibilidad de mano de obra barata en el sector agrícola se ha agotado, como en las sociedades envejecidas, donde la masa laboral total se está reduciendo. Parte de este costo ha sido compensado por el aumento de la productividad laboral. Aun así, el costo total de fabricación en algunas economías emergentes se acerca al de Estados Unidos. En definitiva, la fabricación en Estados Unidos es solo 5% más cara que en China. La reducción del diferencial de costo total de fabricación entre las economías desarrolladas y las emergentes erosiona los incentivos para la deslocalización, uno de los principales motores de la globalización en las últimas décadas.

La tendencia a la desglobalización se acelera por la necesidad de reaccionar de forma más rápida y flexible a las demandas de los consumidores. En las industrias de textiles y confección, el tiempo que duran estos productos en los anaqueles es cada vez más corto. En consecuencia, el tiempo que se tarda en pasar de la fábrica a los anaqueles competirá cada vez más con el costo de la mano de obra como principal motivador en el cálculo del fabricante. En consecuencia, existe una tendencia a volver a situar las instalaciones de producción más cerca del mercado nacional.

Esta tendencia a la repatriación podría ser acelerada por la revuelta contra la globalización en Occidente. Los populistas de derecha prometen «recuperar puestos de trabajo». Los políticos de todo el espectro ideológico estarán tentados a jugar con la caja de herramientas proteccionistas. Estados Unidos ya se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Reino Unido tiene que volver a negociar los acuerdos comerciales existentes. Otros pueden seguir su ejemplo.

La carrera por el desarrollo en Asia

¿Qué implicancias tienen estas tendencias para el futuro del trabajo en Asia?

En primer lugar, ya no se puede dar por sentado que los mercados occidentales permanecerán abiertos para las exportaciones asiáticas. Esto significa que la oportunidad global para el crecimiento impulsado por las exportaciones podría estar llegando a su fin.

En segundo lugar, la automatización digital está erosionando la ventaja comparativa de la mano de obra barata. Consecuentemente, dolores de cabeza notorios tales como calidad, habilidades de la mano de obra, carriles marítimos, corrupción local e interferencia política ganarán una mayor importancia en la mente de los inversores internacionales. La manufactura se muda tan pronto como los salarios comienzan a subir, llevando a una desindustrialización prematura en economías recién industrializadas. Las economías con costos de fabricación más bajos y estancados como la India podrían beneficiarse del cambio en las instalaciones de producción. En los países de ingreso mediano alto, sin embargo, la tendencia de la deslocalización ya puede empezar a revertirse.

En tercer lugar, la automatización digital puede conducir a un crecimiento sin empleo. Muchas fábricas y talleres asiáticos ya están automatizados. En el futuro, los robots con inteligencia artificial no solo se encargarán de las manufacturas en Asia, sino que empezarán a reemplazar a los trabajadores en todos los sectores. Un estudio del Banco Mundial estima que la proporción de puestos de trabajo en China amenazados por la automatización es de 77%. La OIT calcula que 56% de los puestos de trabajo corre riesgo de ser automatizado en los países de la ASEAN-5. La diferencia en los costos de mano de obra, especialmente en los sectores que no están sujetos a la competencia internacional, hace improbable el reemplazo de los trabajadores por las máquinas a corto plazo. Sin embargo, en algunas economías asiáticas asoma el fantasma del crecimiento con desempleo.

Por último, la automatización digital cambia la calidad del empleo generado. Las nuevas tecnologías como la automatización robótica, la internet de las cosas, la impresión en 3D, los robots de costura, la computación en la nube y robots de software están cambiando el conjunto de habilidades que se requiere de los trabajadores. Mientras se crean nuevos puestos de trabajo altamente calificados para trabajar con máquinas, la mano de obra poco calificada está siendo crecientemente sustituida. Se necesitan ingenieros y expertos técnicos en las industrias automotriz, electrónica y textil. Los empleados altamente educados con títulos en medicina, negocios, derecho y análisis de datos tienen buenas oportunidades en la subcontratación de procesos empresariales. Los empleados del sector minorista necesitarán conocimientos en gestión de datos, marketing digital y redes sociales.

Además de estos empleos dentro de cada país, las plataformas globales de crowdsourcing permiten a los trabajadores altamente calificados de Asia competir individualmente para realizar tareas tercerizadas. Aneesh Aneesh ve oportunidades en investigación y desarrollo de software, ingeniería y diseño, animación, sistemas de información geográfica, procesamiento de reclamaciones de seguros, contabilidad, entrada y conversión de datos, servicios de transcripción y traducción, servicios interactivos para clientes, análisis financiero y crediticio, administración de archivos y desarrollo y mantenimiento de sitios web.

La economía humana

En la economía digital se necesitan seres humanos para atender las esperanzas y necesidades de los seres humanos. La economía humana, desde el turismo hasta el entretenimiento, desde el diseño hasta la moda, desde los servicios de salud hasta la atención de ancianos, desde los alimentos hasta las artes y las artesanías, tiene un enorme potencial de crecimiento en toda Asia. La India ni siquiera ha comenzado a explorar estas oportunidades. En especial, el trabajo de cuidado de personas ha sido realizado principalmente por la familia (mujeres) y vecinos y en buena parte sigue sin ser remunerado. En otras palabras, la economía humana no surgirá por sí misma, sino que tiene que ser impulsada y moldeada por la elaboración de políticas.

Crear la economía humana significa poner a los seres humanos al frente y en el centro. Esto significa, en primer lugar, invertir el paradigma neoliberal de supresión del costo social de la atención de salud, la seguridad social y los bienes públicos. En segundo lugar, significa impulsar los trabajos que no son propensos a ser automatizados e invertir en las habilidades necesarias para trabajar juntos en equipos formados por robots y humanos. Tercero, significa crear medios de vida en la economía digital proporcionando plenas posibilidades a todos los seres humanos para desarrollar sus talentos esenciales: la creatividad, la innovación y el contacto con la sociedad.

Para establecer condiciones de igualdad para los trabajadores humanos se deben tener en cuenta políticas innovadoras como los impuestos sobre los robots. Se necesitan políticas para impulsar la demanda de consumo. Esquemas como el de ingresos básicos universales, sin embargo, necesitan una consideración más cuidadosa para evitar efectos secundarios no deseados. Para remunerar el trabajo de cuidado de personas, es necesario abordar los estereotipos culturales y los roles de género. Más concretamente, la tarea esencial de los encargados de formular políticas en la era digital es la construcción de la plataforma social y política para la economía humana.


Traducción: Carlos Díaz Rocca

Fuente: http://www.hardnewsmedia.com/2017/03/how-can-india-create-employment-digital-age


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