El triunfo de la derecha en la quinta elección presidencial en Chile después del retorno a la democracia en 1990 no dejó de ser una sorpresa, especialmente por su controvertido rol en el quiebre de la democracia en Chile en 1973. La forma en que asumió el poder, en medio de las réplicas del megasismo que asoló al país el 27 de febrero de 2010, ofrece un contexto marcado por la emergencia. Basta señalar que 48% de los proyectos aprobados correspondió a iniciativas vinculadas a la reconstrucción. A ello se sumó el exitoso rescate de 33 mineros. El hecho, que develó las deplorables condiciones laborales en las minas, le permitió a Sebastián Piñera hablar de la “chilean way”, entendida como una forma de hacer las cosas bien y con sentido de urgencia.