El futuro de la Unión Europea se escribe también en Budapest, donde Viktor Orbán desarrolla una estrategia antiliberal con el objetivo de transformar la Unión desde dentro. Los sectores progresistas a menudo denuncian que ello representa una afrenta a los «valores europeos», pero estos valores no son evidentes, y el propio mandatario húngaro pretende representarlos, de manera no poco oportunista, desde posiciones nacional-conservadoras, aliado a los populistas radicales.