Argentina ha tenido históricamente dos familias de la derecha: la liberal-conservadora y la nacionalista-reaccionaria. El nuevo marco nacional y global está acercándolas cada vez más. Movilizan jóvenes, se oponen a la cuarentena, toman las calles y articulan discursos reaccionarios criticando la «corrección política» reinante. En sus marchas critican a Alberto Fernández, el presidente peronista que gusta definirse como socialdemócrata, asegurando que el país se «precipita en el comunismo». Las movilizaciones reúnen a defensores del patriarcado contrarios a la «ideología de género», a libertarianos que reivindican su derecho a no ser obligados a usar barbijo, a antiperonistas viscerales y a quienes dicen ser «verdaderos nacionalistas de Perón».