El 25 de noviembre, algo más de dos millones de uruguayos habilitados para hacerlo, expresaron en las urnas su voluntad soberana, pero ante todo y por encima de todo su repudio a un régimen militar que ha llenado de oprobio, dolor y vergüenza, durante los últimos once años, a un pueblo en muchos aspectos ejemplar. La noche de la víspera de esta primera elección nacional en trece años, Montevideo - la ciudad capital recostada al Río de la Plata y con más de un millón de habitantes - vivió una vigilia de fiesta y- nerviosismo con millares de ciudadanos vivando en la calles céntricas las consignas partidarias. En realidad este \"clima\" pre-electoral ganó definitivamente las calles varias horas antes con la finalización de las respectivas campañas publicitarias y la continua llegada de millares de exiliados uruguayos provenientes de la vecina Buenos Aires y del sur brasileño, que viajaron al país para ejercer sus derechos cívicos.