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NUSO Nº 236 / Noviembre - Diciembre 2011

Like it or not, baby! Crónicas de la frontera, entre honey y miedo

Frank, Tenoch y la Vicky de San Antonio, Texas –tres horas al norte de la frontera de México–, se conocen y casi se matan por la pasión y la política que representa vivir en la frontera entre diferentes mundos que van dando forma a uno nuevo. Un mundo que se expresa en imágenes abigarradas, un idioma incomprensible desde fuera, identidades siempre en duda y recomposiciones a menudo violentas. La historia es verdadera, pero se han cambiado los nombres y los detalles de los «culpables»...

Like it or not, baby! Crónicas de la frontera, entre honey y miedo

No hay luz lunar en San Antonio, tres horas al norte de la frontera de México, son apenas las cinco de la mañana y Frank, principal de una escuela en el barrio, no se fija ni le importa que la bougainvillea esté seca. Tiene que llegar a las seis y pico para comenzar a gritarles a todos, su especialidad. Apenas cumplió 50 años, gana como $ 80.000 annually, pero eso no es gran cosa porque se compara con la superintendente, una súper republicana latina, una de esas blancas con ojos borrados que ella sueña que son verdes, tiene el pelo pintado blonde, y gana casi $ 200.000 al año. She drives un Lexus.

Hey you! Es la expresión favorita de Frank, nombre verdadero Francisco Calvillo, y como él fue deportista universitario, y tiene ambición, y tiene su Maestría en Administration, recibió esta promoción recientemente porque es el único que puede manejar a las pandillas de esta escuela que el distrito dice va a convertir en Art Academy para los niños del barrio. ¡Ay tú! piensa Frank, puros jotos1 entonces. Los niños le tienen miedo, y especiamente las maestras. Hey you! Él no sabe dar complimentos, nomás gritos, porque él quiere impresionar a la superintendente con los resultados de los 900 estudiantes de esta escuela en los TAKS2, los standard exams required by the state and country que todos los estudiantes tienen que tomar. Like it or not, baby! Hey you! No se permiten guns, drogas ni los pantalones colgando de las nalgas en su middle school, grados 6-8, 900 niños del barrio más pobre de San Antonio, una tercera parte de los cuales tienen padres que cruzaron recientemente.

Frank odia a la gente pobre. Llegó a San Antonio a jugar beisbal desde su ciudad de Eagle Pass, en la frontera, este lado de Piedras Negras, Coahuila, México, y jamás quiso regresar después de que vio la fusión de culturas, y tantos mexicanos elites, de San Antonio especialmente, y la superioridad de los gringos. Ellos lo adoran, él habla inglés perfectamente y no discute nada con los gringos, sus supervisores en la administración, cuando usan expresiones como «illegal aliens». Los maestros como él típicamente viven en los suburbios. Se frustran con los estudiantes mexicanos, aunque la mayoría tiene antecedentes de México. Tienen un niño que es casi ciego, Fabián Oyervides, un niño músico pero muy rebelde con un hermano en las pandillas.

El Frank toma clases cada verano en The University of Texas at San Antonio, preparación para su Superintendent’s certificate, y está harto de una profesora que se considera chicana. La profesora María Eugenia, conocida como Jeanie, es la más radical y muy brillante. No la quiere ninguno de los wannabe superintendentes, y pocas de las mujeres, ella gordita, chaparra, morenita, con sus huipiles mexicanos, una mujer nacida en México, el pelo con sus rayas grises orgullosas y suelto, nada de maquillaje, y el escándalo real, un esposo doctor que hace pláticas con sus huaraches mexicanos como un campesino, ¡fíjate nomás! Un oncologist doctor con esos huaraches, hablando de ser chicano, ¡por favor!, ¡qué vergüenza!

La profesora Jeanie, que enseña «Leadership Theory», cruzó la frontera a los ocho años, siendo que su papá Marcelino trabajó diez años en el Norte en el algodón, bajo el abusivo Bracero Program. Marcelino era un hombre superviolento y abusivo, y lo encarcelaron cuando la hermanita de Jeanie salió gorda de él, entonces la profesora tuvo chansa de estudiar sin la sombra de su papá intentando meter dedos en sus pantalones. La profesora viene de una familia royalty en México, un tío abuelo era el compositor Moncaya, y cuenta que su papá escuchaba música clásica cuando venía a casa, escondiéndose en el clóset para escuchar sus discos clásicos después de 12 horas en las labores de algodón trabajando como un animal.

Cuando la profesora conoció a su esposo en la Rice University, conocida como el Harvard de Tejas, fueron como cometas que se juntaron e hicieron un mundo nuevo. El doctor Gabe Juárez III no viene de gente humilde, pero su papá, médico también, cruzó a Tejas durante la Revolución, y siempre les contó a sus seis hijos (todos médicos menos una abogada) que el abuelo del lado paternal era un periodista que mataron porque era amigo de los hermanos Flores Magón3, y el otro del lado maternal era un gran pintor que murió joven en Tejas, donde tuvo que trabajar vendiendo carros usados. Esta vida del Norte lo mató. Todos los hermanos del doctor Gabe son progresistas, excepto el que fue Green Beret en Vietnam. Algo le pasó allá, le dice a ella. Le lavaron los sesos, dice, y por mucho tiempo no quería ver lo que hemos hecho en las Américas.

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Mario Tenochtitlán, pero le llaman Tenoch, el único hijo de esta pareja, casi 30 años, no es nada académico aunque se graduó de Harvard, es un acordeonista y la gente dice que salen chispas de sus dedos, que será el mejor del mundo, que le va a ganar al difunto Esteban Jordán, el que mezclaba polkas con rock, tangos, huapangos, you name it, and he made jazz for this century, y le dijo a Santana que kiss my ass. Con su grupo, Los New Tamales, Tenoch vive tocando por todo rumbo, desde el amphitheatre Brackenridge de San Antonio donde se suicidó un tío por ser gay, pero esto es un gran secreto. Tenoch lleva su acordeón a las escuelas del barrio, y también los nursing homes y no cobra mucho, está produciendo sus primeros CD, and he drives his parents to despair, porque compró una casita en el barrio con su trabajo de bail bondsman4; así, todo lo que ve en el día son hombres mexicanos encarcelados.

Hay una mujer que está crazy-love de Tenoch: la viceprincipal de la escuela de Frank. Se conocieron en una recepción de arte chicano, siendo que esta Vicky Guerrero Gámez es amiga de una flamenquista desde los años de la universidad, y siendo que Vicky is almost six feet tall, y como Tenoch es un poquito más alto y gruesito, pues fue lust at first sight. Él no tiene dinero y ella gana como $ 60.000 al año, pero lo que a él le gusta son sus tetas. Y a ella ese acordeón la hace llorar, gritar y venir al mismo tiempo. El otro día el Frank la invitó a una copa después del trabajo, y ella le dio una excuse, no le gusta ese hombre panzón rígido y viejo cuando tiene a su acordeonista rechonchito que no se mueve sin su acordeón, y que le canta canciones viejas como Hey Baby ¿qué pasó? Y le dice cositas como Tú eres mi Baby Doll, ¿verdad? I gotta know if this amor is even worth a damn... A Vicky no le gusta gritarles a los estudiantes, además ella tiene un hijo chiflado que estudia en el northside, nada del barrio para él, es un football player en el grado ocho y no sabe nada de su relación con el famoso Tenoch, si no estaría escandalizado. Aunque ella es divorciada desde que nació su hijo Marky porque el esposo era un gran puto. Ella viene de una familia de muy media clase que vive en los suburbios, lejos de los barrios de la ciudad, neighborhoods que quedaron cuando los gringos se escaparon para no juntarse con los negros después de la desegregation en los sesentas. Los latinos para ese tiempo estaban integrados con los gringos, y ellos siguieron a los gringos en las next décadas porque las escuelas de los gringos son mejores. Así es que los barrios se quedaron para los mexicanos del working-class y los negros que no podían salir de allí, porque ellos se fueron a los suburbs también.

El hermano de Vicky es un piloto de American Airlines. Los dos vienen de una familia que vive en Tejas desde tiempos remotos, siendo que la tatarabuela nació en la frontera, en Brownsville, el otro lado de Matamoros, Tamaulipas, México, y la familia conoce Tejas desde antes de la guerra entre EEUU y México, the US-Mexican War. Su familia peleó, como muchos tejanos, en los dos lados. Un great-uncle de Vicky cruzó el río a México para no pelear en la World War I, y cuando regresó lo mandaron a la penitencia, una gran vergüenza para esta familia tan propia, digna y respetada en la ciudad, siendo que el papá es un comerciante rico y la mamá fue maestra también.

La gente dice que Vicky parece un poquito negra, but this is something you can’t say outloud en esta tierra, y Vicky tiene una foto de su bisabuela, de Balboa, y ella se parece a una negra india, con trenzas y todo. Pero el tatarabuelo de Vicky era un alemán, por eso tienen el apellido Franz. Allá en los suburbios, en las casas de pretensión, ladrillo barato, alfombras throughout, fireplace para una tierra que casi no siente el frío y todo central air, mucho aire acondicionado porque hace mucho calor, 100 degrees fácil en julio, agosto y septiembre, sin llover, con el climate change. La casa de Vicky es como la de sus padres, solo que más pequeña: tres cámaras y dos bathrooms. Ella fue criada en una casa de cinco bedrooms y tres baños tan al norte de San Antonio que casi está en «Helotes», pronunciado «Jelotes», al estilo gringo. Como el Tenoch, ella fue criada sabiendo que es una chica de privilegio, no es nada fresa, siendo que sus padres le inculcaron de dónde vienen. Pero ella no es Chicana, es Hispanic.

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Cuando el Sr. Cleofas Martin, 92 años, veterano de la World War II, tres años serving in the Pacific Front, escuchó el acordeón de Tenoch, le pidió tantas canciones y el Tenoch, que respeta mucho a los grandes, le cumplió todo y más. El veterano le pidió que tomara un cafecito calentito con él que le sirven en cardboard cup y como el veterano casi no oye tiene mucho que decir, y los dos se fueron afuera en la placita que tiene este nursing home de pura gente en sillas de ruedas, y el veterano le quería platicar de la guerra y cómo cruzó para Japan en un ship que tomó un mes, y que él no vio nada cuando comenzó en la guerra, siendo que estaba en el cannon, en el Army, el único mexico-americano en su troop, y que los negros estaban en los colored troops, y cuando Tenoch le dice en un oído que ahora los gays pueden estar «out» en el military, se sorprende el veterano y no dice nada. Le cuenta el veterano que se fue al Army porque su papá era muy malo, como sus tíos, que perdieron su tierra, miles de acres después de la guerra entre the United States y México. Le cuenta que dicen que un gringo mató a su abuelo in cold blood para quitarle la tierra, que no le diga a nadie, y que un día los mexicanos will get it back. Dice que él tuvo cinco hijos, y que tres fueron soldados pero si uno de sus hijos es gay no le molesta. Votó por Barack Obama y le gusta mucho la Hillary Clinton también. «¿En qué año estamos, en el 2005?» «No», le explica Tenoch. «En el 2011», y el veterano se sorprende. El veterano le platica que una de las nurse’s aides es muy bonita y le quiere ayudar, y le pide que por favor le ayude a comunicarse con sus hijos where the hell are they? que no han venido a visitarlo en muchos meses y él quiere el checkbook para ayudarle a esta pobre mujer que tiene un niño chico, y ellos van a vivir juntos pero va a ser una relación platónica, que no piense mal de él. «¿Y su esposa?» «Mi esposa era mexicana, y esa mujer les enseñó a mis hijos que no se olvidaran de México, hablan español y han viajado por muchos países... tengo un hijo que enseña inglés y español en Poland y un nieto que maneja algo en Londres, who knows what.» Le confía que el papá del nieto es un negro y que esto fue un gran escándalo, pero a él nunca le importó. «El mundo cambia.»

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En ese momento ese nieto, Angelo Hoffman, un graphic artist, gracias a que estudió en San Francisco y le ofrecieron una beca especial en Londres, está platicando por Skype con su half-sister, Desiree, ella tuvo otra madre, y es nurse’s aide en el nursing home donde está el veterano, pero como ella no conoció a los abuelos de Angelo, no sabe. Le está contando que su hijo Royel, de 11 años, está teniendo problemas en la escuela con las pandillas, y que el principal le grita mucho. También le cuenta Desiree a su hermano que ella se ha enamorado de un negro hermoso y que lo conoció en el community college, que se llama Byron, y que es un hombre que estuvo en la penitencia, pero está estudiando construcción y maneja un bus también, que es muy trabajador y que él tiene dos hijas pero no viven con él, y que se la lleva bien con su hijito. Pero no le va a decir a su mamá nada, cómo odia a su papá, el ex-marido, el papá de ambos, porque siempre andaba putting his dick where it shouldn’t be.

Su hermana, de otro padre que es gringo del military, estudia para counselor en la University of Texas at San Antonio, y se cree la gran caca porque viven muy al norte en los suburbios también y como Desiree está en el barrio. El papá de la hermana Vanessa es un officer en el Air Force, histérico contra el presidente Obama, ni menciones su nombre, ni quiere recordar que su esposa, la mamá de Desiree, estuvo casada con un negro. Ahora la mamá tambien es republicana, del Tea Party, y no quiere ayudarla porque dice que se junta con gente baja, low-class, y la regaña porque se embarazó a los 17 años, no importa que la señora Tea Party se embarazó de Desiree a los sixteen years. No quiere saber que su nietito hace buenos grados en la escuela, pero que las pandillas lo siguen mucho. Desiree le cuenta a Angelo que las otras nurse’s aides son mexicanas, una colombiana, dos de Guatemala y otra de la Dominican Republic. Ganan $ 8,50 la hora, más del minimum wage.

La mexicana que trabaja con ella a la noche, Yatzil, es de Oaxaca, dice, y cuando no está limpiando las nalgas ancianas, dándoles de comer en la boca, peinándolos, cortándoles la uñas, vistiéndolos, a los del nursing home, está limpiando los pisos del restaurante Taco Cabaña porque ella tiene que mandarle dinero a su esposo que la dejó con tres hijos porque lo deportaron, y ella quisiera saber quién hizo eso. Yatzil tampoco tiene papeles, tuvo mucha suerte porque su mamá conocía un buen coyote. Sus roommates de la casa que renta cerca del acordeonista Tenoch no tuvieron esa suerte. Una de las inmigrantes que comparte la casa le contó que dos coyotes la violaron al cruzar y que dio la niña que nació a una pareja en New York City, y que no sabe qué le pasó a su hija aunque le prometieron que le iban a mandar fotos. Amber Rabago, del DF, tiene seis años de no ver a sus hijos y anda con hombres todas las noches. Yatzil le cuenta que hay un veterano en el nursing home que le está ofreciendo una casa, y lo va a aceptar. Los beneficios, ¿verdad? Aunque ella tendrá que cuidar a ese hombre y más. Sí, me voy a casar con él, ¿por qué no? Seguramente no le quedan muchos años...

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Cuando Yatzil llega a su casita, sus vecinos le ofrecen que pase este Sunday y ofrecen Barbeque Plates for Sale, con pollo barbeque, un sausage, frijoles pintos, arroz mexicano y un pringito de cole slaw, que es repollo verde rebanado con mayonesa. También sirven dos rebanadas de pan blanco, un jalapeno y un soft drink. ¡Todo por $ 6.00! ¡Órale! Delicioso. Así es como la gente del barrio Westside, mejor conocido del «Hueso», el barrio más pobre y donde la gente mexicana pobre, negra, asiática, inmigrantes todos, radicaban cuando llegaron a San Antonio. Y siguen llegando. Sus vecinos extienden su chequecito de Welfare, lo que las mujeres reciben si tienen niños bajo la edad de 18 años pero con muchas reglas. Este barrio antiguo, desde los principios del siglo pasado se encuentra al cruzar el puente de downtown, one mile from the Alamo. En el «Hueso» hay puras casitas viejas de madera, muchas con steel bars por el crimen y perros pit bulls amarrados para protección, y casas pero no todas, deterioradas, llenas de bougainvillea, hibiscus, hierbitas, niños corriendo y pintadas de turquesa, amarillas, color de rosa, purple, y a veces el blanco de los suburbs también. Sus vecinos dominan la tarjeta Lone Star card, una ayuda para comprar comida, no cigarros ni cerveza, y hacen Barbeque plates al principio de cada mes y ganan más dinero. En el barrio, se oye la música del acordeonista Tenoch, y unos lo conocen. It’s not like the suburbs that are so quiet. En el barrio, donde tejanos e inmigrantes viven juntos, a veces en matrimonio, algunos escuchan al músico Randy Garibay, con su Chicano soul estilo, y otros al rapper Eminem, con bachata y reggaeton en medio de todos.

En el «Hueso» se pintan las casas, las uñas, el cabello, lo pintan blondie o rojo, a veces los dos en la misma cabeza, hasta los perros –color de rosa para los poodles– pero también pintan murallas por todo el barrio de los aztecas, los músicos y la Virgen de Guadalupe. Y de Selena también. Su reina, la Vicky, le ha invitado a Tenoch a cantar y tocar en su middle school, pero él le ha contado que su mamá, la profesora, le dijo que Frank el principal es machista, racista y un estúpido. Pero él no le puede decir esto a su baby doll, porque se va a sentir, y a él no le importa un pinche principal que se llama Frank.

Lo que Tenoch no le puede decir a Vicky es que recientemente conoció a una flamenquista, «La Flaca». Baila una solea que te hace llorar en el club Carmen de la calle donde tienen flamenco los viernes en la noche y tocan latin jazz los sábados, y Coltrane, su favorito, los miércoles. Allí conoció a la Flaquita, y además se pueden levantar tarde, esta Vicky se levanta a las cinco de la mañana y lo quiere echar a esas horas después de que él ha tomado sus frías Coronas. Vicky tiene mucha energía, es tightly wound, se brinca arriba de él, give it to me baby!, lo ‘stá matando. A la Flaquita le gusta todo, y fuma marihuana también, órale, siendo que siempre le ha gustado, y se prohíbe con la Vicky. La Flaquita le ha contado que su madre es puertorriqueña, y que su papá es argentino, que llegó aquí despues de la dirty war, pero él no está con ellos. La mamá lo encontró con la instructora de inglés sobre un sofá y él dijo que ‘staba aprendiendo acostado. Pero la Flaquita se cree chicana como Tenoch, no como Vicky que rodea por todos los lados políticos, y eso es porque La Flaquita ha viajado a Cuba, España y Venezuela bailando, y con ese pelo largo y very curly y con los ojos café color de un praliné, con bastante crema, la gente no cree que viene de Tejas, pero ella se cree muy gitana indígena, y cuando baila, como la apasionada que es, la gente se calla en el club, y cuando no está escuchando su música le gustan los blues de Etta James.

Pero la Vicky no lo deja en paz, y por fin le dijo que sí, va pa’ la escuela a cantar y tocar con los chavos, y les dice a los vatos que se vistan en sus blue jeans y camisetas negras. La mayoría de ellos son maestros también, el percussionist que los va a acompañar es de South Africa y toca chingos de tamboras, y Tenoch va a invitar a una que le gusta que canta puros mariachis. Es una hot chile, les dice a los vatos. Él no toca mariachis, pero por esa baby doll que seguramente es mejor que un bean and cheese taco, será un mariachi punk, ella con su honeyed contralto, les dice, y él va a acompañarla hasta la cama, si ella le da permission.

Pero la mera razón por la que acepta ir a la escuela es que Vicky le contó que hay un niño, un músico prodigy que puede tocar todos los instrumentos, solo que es casi ciego. Vicky teme que vaya a dejar la escuela para ser músico, siendo que sus padres son de México, y recientemente el papá fue deportado y ahora la mamá tiene dos trabajos y más para soportar la familia, siendo que son tres niños, y no sabe qué hacer con su hijito que nunca ha tenido buena vista, y ahora que se llevaron al papá, el niño, que es el más joven, esta flonkiando.

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El día que Vicky presentó a Frank a Tenoch y Los New Tamales, también invitó al alcalde, Héctor DeLuna, que conoce a Tenoch y a sus padres muy bien, ya que son vecinos del barrio rico en la ciudad, y la primera pregunta es «¿cómo está tu mamá, loco?». El alcalde es méxico-americano también, estudió en Yale, y ahora he sees que Frank no es el tipo que vota Democrats, menos aún al presidente Obama, too late realizes que se metió en enemy territory, chingao, piensa. El alcalde dice que no habla español, mentiras, necesita el voto de los gringos que prefieren un mexicano bleached. Pero sabe todas las maldiciones. Claro que Frank oye el saludo del alcalde a Tenoch, se le prende el foco que las nalgas de la Vicky jamás serán de él porque se las dio al sinvergüenza músico que no gana para dos tacos for 99 cents. Vicky ve que Tenoch trajo una cantante mariachi cuando él no toca eso y figura todo y quiere llorar y más. A Frank se le sube la presión y la panza y quiere gritar pero no puede. Los novecientos niños entran al auditorio acompañados de todas las maestras. ¡Sorpresa!... llega Yatzil con su uniforme del nursing home a escuchar a su hijito Fabián, que va a conocer a Tenoch, y el niño tiene muchos sueños como su papá que no ha visto... ¿y cuándo regresa? It’s cumbia time! Son las últimas palabras de Tenoch antes de que comience la música.

La primera canción es El Corrido del Super Taco gone bad.

  • 1. Término despectivo para referirse a los gays (N. del E.).
  • 2. La sigla corresponde a la Evaluación de Conocimiento y Habilidades del estado de Texas (Texas Assessment of Knowledge and Skills) (N. del E.).
  • 3. Los hermanos Jesús, Ricardo y Enrique Flores Magón (1871-1930, 1874-1922 y 1877-1954, respectivamente) fueron tres políticos y periodistas nacidos en Oaxaca, que se opusieron activamente a la dictadura de Porfirio Díaz. Ricardo y Enrique organizaron insurrecciones y huelgas contra Díaz, por lo que fueron perseguidos y debieron exiliarse (N. del E.).
  • 4. Los bail bondsmen actúan como fiadores por cuenta de personas sin recursos que necesitan pagar una fianza a la justicia para no entrar a la cárcel o para salir de ella (N. del E.).
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad 236, Noviembre - Diciembre 2011, ISSN: 0251-3552


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